Lo dijo claramente: "Estoy a favor de la vida". Esa fue la respuesta de José Antonio Meade, candidato de la alianza PRI-PVEM-MC a la Presidencia de México ante la pregunta directa de un reportero sobre legislar al respecto del aborto. Luego matizó: "Me parece que debe discutirse en los espacios legislativos, pero que en esa reflexión tengo mi postura".
Ricardo Anaya, abanderado del PAN-PRD-MC, asumió una postura similar: "Yo estoy a favor de la vida. Yo creo que ahí hay un ser vivo, que tiene derechos por ser una persona". Igual que Meade, matizó que "hay personas y están en todo su derecho de pensar de que ahí (en el vientre) más que haber una persona con derechos es parte del cuerpo de la mamá", y agregó que no estaba de acuerdo con encarcelar a las mujeres que abortaran.
Por su parte, el puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, ha sido evasivo: sin fijar ninguna postura personal, plantea que hará una "consulta pública" sobre si se legalizaría o no el aborto. Esto es grave, si consideramos que los derechos de cualquier grupo social son inherentes a la persona, y no sujetos de la opinión popular. Los derechos no se negocian.
Tanto Anaya como López Obrador están en una encrucijada ideológica. En el caso del primero, su partido, Acción Nacional, siempre ha estado decididamente en contra; su aliado, el PRD, legalizó el aborto en la Ciudad de México. El segundo está entre los izquierdistas de su partido, Morena, y los ultraconservadores de su aliado, el PES, de inspiración evangelista.
Lo que está claro es que, en esta elección, hay un huérfano: el progresismo. Todos los llamados "debates valóricos" –que en realidad son debates sobre Derechos Humanos– se quedaron sin voceros. Ningún candidato se quiere meter en el matrimonio igualitario, legalización de las drogas y, por supuesto, los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.
Siendo temas polarizantes, incluso al interior de las alianzas, resulta mucho más fácil hacer con las mujeres lo que siempre se ha hecho: dejar sus temas para después.
El aborto en México en cifras
Eso, a pesar de que, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en los últimos tres años se han abierto en todo el país al menos 1552 averiguaciones previas por el delito de aborto. Por lo que respecta a 2018, hasta el 31 de enero sumaban 41 expedientes.
Junto con la criminalización, la muerte. La Secretaría de Salud reportó que, durante 2017, el aborto se mantuvo como la tercera causa de mortalidad materna en el México, después de las hemorragias obstétricas y las enfermedades hipertensivas, con una tasa de 2,3 defunciones por cada 100.000 nacimientos estimados.
El aborto sólo es legal –sin restricciones en las primeras 12 semanas de gestación– en la CDMX, desde 2007. Un informe de la UNAM, 'El Acceso a la justicia y al aborto legal: exigencias del Comité de Cedaw a México 2015', demuestra que la apertura a la interrupción legal del embarazo en la capital, ha permitido un decremento de la mortalidad materna por abortos inseguros.
Que los candidatos a la presidencia de México ignoren el debate no solo es preocupante, sino que muestra su desface con la realidad internacional.
Los casos de Irlanda y Argentina
El 28 de mayo los y las irlandesas se movilizaron para votar a favor de la despenalización. Irlanda –país católico– tenía la legislación más anticuada de toda Europa, y ni conservadores ni laboristas se habían atrevido a entrar en el tema. Al final, como propone López Obrador, optaron por dejar a los votantes decidir si una mujer debe o no ir a la cárcel por concluir un embarazo no deseado. El resultado fue claro: 66% votó a favor de reformar la Constitución.
Muy poco después, del otro lado del mundo, la Cámara de Diputados de Argentina realizó una votación histórica. Tras una sesión maratónica, y con la sociedad movilizada en torno al legislativo, 129 votaron a favor de la interrupción voluntaria del embarazo antes de las 14 semanas; 125 votaron en contra. Le ley pasa ahora al Senado, bajo intensa presión popular y de grupos de interés de ambos bandos. Al menos 27 senadores ya se pronunciaron en contra y 17 se manifestaron a favor, de un total de 72 integrantes de la cámara alta. Los 29 legisladores indecisos tendrán la última palabra.
Las reacciones en México
En respuesta a las consignas argentinas que claman por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, la única política que respondió al tema fue Patricia Mercado, candidata al Senado postulada por Movimiento Ciudadano y de amplia trayectoria en temas de igualdad de género, afirmando que el aborto legal formará parte de su agenda: "Vamos por la despenalización del aborto en todo México", dijo en Twitter.
Mientras tanto, en la Ciudad de México, aparecen espectaculares financiados por la organización 'Chilangos Pro Vida', con el siguiente mensaje: 'No se trata de tu cuerpo, se trata de una vida. No al aborto'.
Es un mensaje muy revelador de la concepción que tienen los grupos pro vida respecto a las mujeres: No se trata de ti. Tu cuerpo no importa. Tus derechos son secundarios.
Será difícil que se eche atrás el derecho adquirido en la capital, pero será aún más difícil que, la próxima administración federal, se tome este tema en serio y lo asuma en su agenda. Habrá siempre un problema "más urgente" o "más importante". Mientras, las mujeres seguirán muriendo o siendo encarceladas. Porque, en México, aún los Derechos Humanos se tratan de votos.