Magda Coss Nogueda es periodista y escritora. Es fundadora de la asociación civil 24-0 México, que impulsa proyectos de prevención de violencia y cultura de paz, así como de iniciativas para el empoderamiento de las niñas y mujeres.
Durante el juicio de Guzmán Loera, que acaba de concluir, hubo un protagonista inesperado: sus mujeres. Conocimos nombres, su participación en la red criminal, y detalles íntimos. ¿Qué las llevó a involucrarse con el narcotraficante más peligroso del mundo?
¿Cuántos tienen que morir para que sea evidente? Todas las cifras lo confirman. Todos los datos lo demuestran. Más armas no es más seguridad. No es menos violencia. Es más víctimas.
Vigilar los oleoductos ayuda, pero no detiene a las mafias. El gran reto es emprender una efectiva reducción del robo de combustible a largo plazo que tenga en cuenta a todos los implicados en este delito.
Aunque el fin de la violencia ha sido la promesa de López Obrador, hay algunos puntos conflictivos de su plan de seguridad que deben ser revisados para evitar retrocesos en materia de derechos humanos. La participación de la sociedad en ese proceso es clave.
La actitud vigilante de la sociedad civil y la actitud determinada de las legisladoras que detuvieron la intentona, nos probaron el viejo lema de León Trotsky: la revolución tiene que ser permanente.
Es muy temprano para juzgar los resultados del plan de seguridad, pero no para corregir lo que podría ser el abandono de una de las principales promesas que dejó la campaña: un país en paz.