La primera columna que escribí en este medio, en julio de 2023, fue sobre Dina Boluarte y la crisis de la Alianza del Pacífico. Cerré mi texto diciendo que para ese momento Boluarte estaba aislada, pero que mientras más demorara la sociedad peruana en sacarla, más países tendrían que lidiar con ella y reconocerla.
Pasó un año y ella sigue en el poder. Tiene 5 % de aprobación y se acumulan las acusaciones judiciales en su contra. Los muertos y heridos de su gobierno siguen sin encontrar justicia. Se mantiene en el poder porque el Parlamento —que también goza de tasas de aprobación de un dígito— la protege.
La sociedad peruana ha sido incapaz de sacarla. Las divisiones insalvables en cuanto a Pedro Castillo, así como la despolitización de la sociedad se han hecho notar. Las masacres de ciudadanos han asustado a sectores de la población que, en un principio, salieron a protestar.
Tiene 5 % de aprobación y se acumulan las acusaciones judiciales en su contra. Los muertos y heridos de su gobierno siguen sin encontrar justicia.
Al momento de escribir mi texto, ya se sabía que Perú sería el país organizador del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y los intereses que entran en juego durante este evento son mucho más grandes que el Perú.
Según los datos de la organización, el foro representa a un tercio de la población mundial, alrededor del 54 % del PIB mundial y el 44 % del comercio mundial. No se van a detener por la crisis interna del país anfitrión, menos aún si no hay un movimiento fuerte contra el gobierno.
Sucedió lo que me temía cuando escribí mi texto. El Perú será el centro de atención del foro y Dina Boluarte será nuestra cara más representativa.
La sólida relación entre Perú y China
Un segundo motivo por el cual Perú atraerá atención internacional es por el puerto de Chancay. El proyecto es, hasta ahora, el más importante en América Latina de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), con el cual el Perú podría convertirse en el 'hub' logístico de Sudamérica y reducir el tiempo de transporte de mercancías entre ambos lados del océano Pacífico.
La primera etapa del puerto será inaugurada durante el Foro APEC y Xi Jinping irá a Perú para participar del evento. De ahí, la importancia que China le está dando al Perú.
La relación económica y diplomática entre Perú y China siempre ha sido muy avanzada. Perú fue el primer país no socialista de América Latina en reconocer a la República Popular China en 1971 y los peruanos apoyamos el regreso de Pekín a la ONU ese mismo año, incluso antes de abrir relaciones diplomáticas. Los chinos tienen esto grabado en la memoria.
Luego fuimos el segundo país de la región en firmar un tratado de libre comercio en 2009. Después llegó la asociación estratégica integral en 2013, uno de los niveles más altos de la diplomacia china. Finalmente, en 2019, Perú firmó el memorándum de entendimiento para ingresar a la IFR.
La primera etapa del puerto de Chancay será inaugurada durante el Foro APEC. Xi Jinping irá a Perú para participar del evento.
En cuanto a lo económico, Perú es el segundo destino de inversiones chinas en América Latina. China es para el Perú, hablando coloquialmente, el país que permite pagar las cuentas. En 2011, cuando la mayoría del mundo atravesaba la crisis financiera, el ministro de economía peruano de aquel entonces declaró que él le prendía una vela a China y rezaba para que no cayera en recesión.
Tal vez, uno de los pocos acuerdos a los que se llega en la sociedad peruana es que la relación con China es intocable. Desde la perspectiva china, la relación con Perú es una que dan por sentada, según me comentó un investigador de temas latinoamericanos. Al menos, hasta este año que sucedió lo impensable: una controversia entre ambas partes.
El acercamiento de Boluarte a China
A inicios de este año, con un 70 % de avance del puerto y una inversión de 1.300 millones de dólares, el Estado peruano anunció a la empresa Cosco Shipping que iba a revocar el acuerdo de exclusividad operativa firmado en 2019.
La Autoridad Nacional Portuaria alegó que la firma se dio por un error administrativo. Por otro lado, la empresa reclamó por la falta de estabilidad jurídica.
Desde la perspectiva china no tuvieron dudas. El motivo de esta acción fue la intervención estadounidense.
La decisión del Gobierno peruano fue totalmente irracional. Fue en contra de la estabilidad jurídica para las inversiones, lo que ha caracterizado la era neoliberal peruana. Además, las autoridades peruanas no tienen la tecnología para manejar el puerto.
Desde la perspectiva china no tuvieron dudas. El motivo de esta acción fue la intervención estadounidense.
No se tiene claro cuándo Xi Jinping invitó a Boluarte. La primera reunión entre ambos se dio durante la Cumbre de San Francisco, el 16 de noviembre de 2023. En la nota de prensa no hubo mención a ninguna invitación. Muy probablemente la invitación surgió a raíz de esta controversia o, si fue anterior, hizo que la visita fuera urgente.
La visita de Boluarte
El principio de no intervención en asuntos internos de otros países es un dogma casi sagrado en los países asiáticos, incluyendo China. En términos legales, Dina Boluarte es la mandataria legal del Estado peruano. Si la sociedad peruana no ha logrado sacarla, es con ella con quien deben lidiar.
Por ello, Boluarte recibió el trato que cualquier mandatario recibe cuando llega a este país. Su visita se dio entre el 26 y 29 de junio. Como otros pares latinoamericanos, empezó su recorrido por el sur del país, en Shenzhen. Luego, viajó a Shanghái y Suzhou donde se reunió con empresarios. Finalmente, llegó a Pekín para las reuniones con autoridades chinas, incluyendo un encuentro con el presidente Xi Jinping.
Entre las empresas que visitó fue a Huawei donde firmó un acuerdo para capacitación de peruanos, a BYD y a la misma Cosco Shipping Group. En Shanghái, los peruanos organizaron un evento con 250 empresarios para promover las inversiones en territorio peruano.
En todo momento, la delegación repitió el mismo mensaje: el Perú es un lugar seguro para invertir. Luego de su reunión con los directivos de Cosco Shipping, quedó claro que la controversia se había solucionado.
En cuanto a la reunión con Xi Jinping, el mandatario dijo que esperaban que Perú pueda brindar estabilidad política y jurídica para las inversiones, incluyendo las relacionadas a infraestructura a través de la IFR. Asimismo, expresó el apoyo de China para un mayor ingreso de productos peruanos al mercado chino y para que la organización del Foro APEC sea exitosa.
Al final de la reunión, se firmó el Plan de Acción 2024-2029 entre ambos países, así como múltiples documentos de cooperación bilateral en áreas como cooperación económica y comercial, economía digital, innovación científica y tecnología. También se anunciaron avances sustanciales en la actualización del TLC, uno de los puntos más importantes en la agenda peruana.
Los ganadores y perdedores
La visita de Boluarte tuvo un componente geopolítico innegable. Si por un momento los chinos pensaron que sus inversiones estarían en riesgo por presión estadounidense, la llegada de la mandataria de facto peruana fue para calmar las dudas y asegurar que no habría más problemas.
Por su parte, Boluarte ha recibido un espaldarazo internacional. Ahora que Perú va a tener un rol internacional importante por el Foro APEC y el puerto de Chancay, las grandes economías del mundo no pueden ignorarla.
La visita de Boluarte tuvo un componente geopolítico innegable. Si por un momento los chinos pensaron que sus inversiones estarían en riesgo por presión estadounidense, la llegada de la mandataria calmó dudas.
En cuanto a la clase empresarial peruana cuyos representantes acompañaron a Boluarte, pareciera que ha llegado a un acuerdo de frenar la inestabilidad política apoyándola, siempre y cuando ella no les malogre sus negocios. Esto pasa por tener una buena relación con China.
Mientras tanto, la sociedad peruana observa a lo lejos cómo se consolida una presidenta a la que la mayoría detesta. Las víctimas de este gobierno ven escapar su posibilidad de justicia. La calidad de vida de la población se deteriora y nadie da respuesta a la población. Hace mucho que los gobernantes han dejado de responder a la gente y no les importa.
Tal vez, el ejemplo más simbólico es una denuncia periodística por la asistencia a la cena de gala organizada para la delegación peruana de dos personas cercanas a la mandataria de facto, pero que no estaban en la lista de la delegación oficial. Hasta ahora, nadie da respuesta y hasta se atreven a involucrar a la Embajada china en este asunto.
La sociedad peruana ha perdido cualquier capacidad de influir en las autoridades. Mientras los medios y líderes de opinión repiten que lo único que queda es esperar pasivamente hasta el 2026, que con nuevas elecciones se solucionarán los problemas, como si los comicios fueran a arreglar un sistema que está podrido hasta la médula. Miles están optando por irse del país. Tanto el presente como el futuro son sombríos.
Es la derrota total de la sociedad peruana.