En las legislativas celebradas el domingo en Colombia, siete partidos lograron entre el 7 % y el 14 % de los votos, lo que significa un Congreso compuesto por un crisol de fuerzas donde se requerirá de mucha negociación para lograr algún tipo de avance en cualquier dirección.
En el Senado, por ejemplo, el Pacto Histórico, la fuerza emergente de izquierda tendrá 16 senadores, igual que el Partido Conservador. El Partido Liberal consiguió 15 curules; la Alianza Verde alcanzó 14; mientras que los partidos de derecha Centro Democrático, Cambio Radical y el Partido de la U lograron 14, 11 y 10 escaños, respectivamente.
En la Cámara de Representantes, el Partido Liberal logró 33 curules; seguido del Pacto Histórico, con 28; y el Partido Conservador, con 27. Una verdadera disgregación del voto que hará muy difícil el trabajo legislativo y presidencial.
El resultado de cara a las presidenciales
Salvando las distancias de este tipo de elección en comparación con unas presidenciales, el resultado de este domingo no permite establecer con certeza quién será el vencedor de los comicios de mayo. Sin embargo, el izquierdista Gustavo Petro -que ha despuntado en las encuestas- permanece como favorito.
Su fuerza irrumpió en el Congreso con el mérito de ser la fórmula más votada, y se constituye como la minoría que mayor ascenso obtuvo en comparación con las anteriores legislativas.
Pero resulta obvio que el total de votos obtenido por el partido de Petro, así como por el resto de los partidos, no será suficiente para ganar una presidencial ni en primera, ni en segunda vuelta. Aunque nada está escrito, lo que se prevé a continuación es la pelea de los candidatos por conseguir nuevos nichos electorales.
Se esperaba que los partidos tradicionales, el Conservador y el Liberal, tuvieran un mayor bajón en el caudal electoral, no obstante, se han mantenido como referencias importantes en el Legislativo. Además, los liberales serán la minoría más grande en la Cámara de Representantes.
Por su parte, el uribismo salió tremendamente debilitado. El partido Centro Democrático (CD) pasó de tener 32 a 16 representantes, con 5 senadores menos en relación al 2018, aunque todavía puede reformularse con el apoyo a candidatos de otros partidos.
Otro dato de primer orden que puede incidir en las presidenciales es que más de la mitad de los electores colombianos (53%) se ha abstenido de participar en las elecciones legislativas de su país, lo que supone un alto grado de apatía o falta de confianza sobre este evento electoral, que consistía en elegir los 108 senadores y 188 representantes del Parlamento.
Este sector abstencionista puede ser la gasolina que le falta a los candidatos para vencer.
Paralelamente a los comicios legislativos, se llevaron a cabo las elecciones internas de tres coaliciones para escoger el candidato presidencial.
En las internas la coalición Pacto Histórico, de izquierda, resultó electo Gustavo Petro, quien se impuso cómodamente con 4.487.551 sufragios, de un total de votos de 5.806.278, como se esperaba.
En la Coalición Centro Esperanza, de centro, el ganador fue Sergio Fajardo, pero con un caudal muy bajo de 723.084 votos, lo que indica un debilitamiento de las opciones despolarizadas.
En las internas del Equipo por Colombia, de derecha, el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez logró 2.160.329 votos, y se proyectó como un posible competidor real de Petro.
Tres conclusiones
Si bien estos eventos internos, al igual que las legislativas, guardan mucha distancia con el resultado definitivo de las presidenciales, permite entender algunas cosas.
Primero, que ninguno de los ganadores de las internas tiene todavía un caudal de votos suficientes para siquiera soñar en vencer en una primera vuelta, con lo cual sus juegos políticos deberán abrirse a nuevos votantes y alianzas con otras organizaciones.
Por ello, resultará especialmente importante una escogencia inteligente de compañeros de fórmula que inviten a entender el formato que tendría su hipotético gobierno. Especialmente para el elector que sigue indeciso, o que tendrá que cambiar de candidato de cara a una segunda vuelta.
Segundo, y más importante aún, especialmente para Petro, es que los candidatos deberán buscar al ciudadano abstencionista para poder garantizar su triunfo en una segunda vuelta.
Para vencer en una primera vuelta se requiere lograr el 50 más 1 % de los votos. En este escenario, si se repitiera en las presidenciales el nivel de participación de las legislativas, el triunfador requeriría entre 9,5 y 10 millones de votos, un número muy lejano a los resultados que obtuvieron todas las coaliciones y partidos este domingo.
Lo tercero es que la segunda vuelta parece inminente, y en ella, lo más seguro es que se avive la polarización política entre izquierda y derecha.
Los ganadores de este domingo han salido con fiereza, apenas se conocieron los resultados, a pelear por los votos que aún no tienen. Petro le pidió a sus seguidores "multiplicarse", a sabiendas que saliendo favorito, todavía no cuenta con la cantidad de votos suficientes.
Su gran debilidad, tal como ocurrió en las presidenciales de 2018, es el voto antipetrista que en aquel entonces logró reunir a diversas tendencias para la segunda vuelta.
Por su parte Federico 'Fico' Gutiérrez concentró su mensaje en pedirle a un debilitado Fajardo, del centro, la unión para evitar el triunfo de Petro.
Gutiérrez tratará de rehacer el espectro derechista, que aunque está muy debilitado debido al malestar en torno al gobierno del presidente Iván Duque, aún mantiene una fuerza electoral importante que se evidenció con los resultados, así como por las internas de la coalición. Además, es casi seguro que tendría el apoyo del expresidente Álvaro Uribe, sobre todo tras la renuncia este lunes del candidato del Centro Democrático, Óscar Zuluaga, a la carrera presidencial.
Todavía habrá que esperar el comportamiento del elector el 29 de mayo, especialmente cuando en la primera vuelta tengan que competir con otros candidatos como Ingrid Betancourt y Rodolfo Hernández, el exalcalde de Bucaramanga que mejor había salido, después de Petro, en las últimas encuestas antes de las parlamentarias.