Explosión de precandidaturas eclipsan el mapa político ecuatoriano: ¿se avecinan días de tensión?
Después de decretarse la muerte cruzada que contempla un nuevo evento electoral, presidencial y legislativo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador ha publicado el cronograma comicial, en el que resaltan las fechas del 20 de agosto para la primera vuelta y el 15 de octubre para un hipotético balotaje.
Las autoridades elegidas culminarán el período de los actuales representantes, es decir, hasta mayo de 2025. Pero pueden volver a postularse por cuatro años más.
Candidaturas en ebullición
Una vez se conoció la declaratoria de muerte cruzada del presidente Guillermo Lasso, la política ecuatoriana ha venido aumentando la tensión por las precandidaturas, que ya suman al menos ocho.
Así, Jan Topic, un francotirador con experiencia en temas de conflictos bélicos y seguridad, además de economista y admirador del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha lanzado su candidatura. El aspirante es una especie de populista de derecha, y ya ha sido apoyado, entre otros, por el derechista Partido Social Cristiano (PSC).
La candidatura de Topic viene a aglutinar el malestar sobre el tema de la delincuencia, que podría estarse convirtiendo en el principal problema del país, y que se le ha salido de las manos al Gobierno de Lasso.
Por su parte, Lasso ha declarado que no ha pensado en postularse nuevamente, pero tampoco ha rechazado la posibilidad de manera rotunda. El actual presidente, a menos de una semana de disolver el Poder Legislativo y adelantar elecciones, decidió viajar a EE.UU., al parecer por motivos de salud.
Si la derecha trabaja con un 'outsider', o una nueva opción, podría intentar rescatar el voto conservador, especialmente en una campaña ofensiva y criminalizante contra el correísmo y el indigenismo.
Así las cosas, Ecuador pasará varios días sin legislativo ni presidente.
Por supuesto que la debilidad de Lasso y de sus partidos aliados impide pensar que su candidatura pueda conquistar los mismos resultados de cuando fue elegido, pero si la derecha trabaja con un 'outsider', o una nueva opción, podría intentar rescatar el voto conservador, especialmente en una campaña ofensiva y criminalizante contra el correísmo y el indigenismo.
Es allí donde la candidatura de Topic comienza a tener sentido, a pesar de que ha sido vinculado a algunos escándalos como el caso Odebrecht.
Sin embargo, tendrá que imponer su opción al resto de fuerzas de la derecha, lo que podría terminar de suceder una vez culminada la primera vuelta. Fernando Villavicencio, un conocido actor político, se ha lanzado por medio del Movimiento Construye y el exvicepresidente Otto Sonnenholzner lo ha hecho por Alianza.
Lo cierto es que Topic está entusiasmando a los resortes más conservadores y extremistas, incluida la prensa internacional.
¿El progresismo al poder?
Por parte de sectores de la izquierda también han llovido precandidaturas.
El correísmo, agrupado en torno al partido Unión por la Esperanza (Unes), no ha anunciado un candidato de manera formal. Si bien parece probable que repita quien fue aspirante en las presidenciales de 2021, Andrés Arauz, también Carlos Rabascall ha mostrado disposición.
Aunque Arauz fue el más votado en la primera vuelta de entonces y superó en más de 12 puntos a Lasso, perdió en el balotaje, debido a que no pudo captar los votantes indígenas y jóvenes que se habían decantado por otras opciones.
El correísmo es un movimiento político que ha irrumpido la política ecuatoriana desde 2007, y tiene un ascenso sobre las masas populares incomparable con cualquier otro movimiento progresista.
Sin embargo, lo sucedido en 2021 quedó como una sombra que aún no se ha disipado.
A favor tiene la debilidad de las estructuras derechistas que han naufragado después del fracaso de la gestión de Lasso.
El correísmo tiene un ascenso sobre las masas populares incomparable con cualquier otro movimiento progresista.
Pero en contra tiene que no hay claridad sobre cómo superar el escollo con el movimiento indígena, cuyos votos podrían ser determinantes.
En la segunda vuelta del 2021, las organizaciones indígenas movilizaron casi dos millones de votos nulos, mientras que la diferencia entre Lasso y Arauz apenas superó los 400.000 votos. Es decir, la derrota de Arauz fue producto más de la división del progresismo, que de las potencialidades de la derecha.
Es esta una realidad que sigue persiguiendo no solo a este aspirante, sino a todo el movimiento correísta. Aunque cabe destacar que en los últimos meses de lucha contra Lasso, la confrontación entre ambos pudiera estar cediendo.
En recientes entrevistas, tanto el líder histórico del correísmo, el expresidente Rafael Correa, como el presidente de laConfederación de Naciones Indígenas (Conaie) Leonidas Iza, han hablado con franqueza sobre el motivo de sus distancias, pero ambos dicen querer anteponer la lucha contra el neoliberalismo sobre los intereses partidistas.
Un protagonismo emergente como el de Iza puede ser determinante para lograr la articulación definitiva que signifique el final del ciclo de derecha para Ecuador. O bien para poner su nombre como candidato, algo que todavía no ha hecho porque se debe a una decisión de su organización, o bien para diluir la contradicción correísmo-anticorreísmo que ha arropado una parte del electorado progresista, no mayoritaria, pero sí decisiva. No obstante, antes deberá competir con Salvador Quishpe, otro precandidato de su partido Pachakutik.
También el excandidato presidencial del movimiento indígena Yaku Pérez ha confirmado su aspiración presidencial para este 2023.
Quedan quince días decisivos a lo interno de las estructuras partidistas para definir sus fórmulas electorales, no solo para la presidencia y la vicepresidencia, sino para los asambleístas.
Neutralizar a la derecha
Es posible que el lenguaje obsesivamente derechista del probable candidato 'oficial' del conservadurismo, termine de unir más estos dos polos progresistas y se llegue a un consenso para neutralizar el avance de una derecha que ya no es liberal como la de Lasso, sino que es radical y populista y que utilizará a su favor el malestar por el auge delincuencial.
Por ahora, nada se descarta. Los partidos tienen hasta el 10 de junio para inscribir las candidaturas definitivas.
En conclusión, quedan quince días decisivos a lo interno de las estructuras partidistas para definir sus fórmulas electorales, no solo con miras a la presidencia y la vicepresidencia, sino para los asambleístas.
Serán días de tensión en un nuevo capítulo de política ecuatoriana, que ya ha superado la etapa de la confrontación agónica contra Lasso.
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