En Venezuela se reabren las posibilidades de diálogo entre la Plataforma Unitaria (PU), coalición que reúne los principales partidos opositores, y la institucionalidad vigente.
En una declaración conjunta, el nuevo presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, y el presidente de la Comisión Nacional de Primaria (CNdP), Jesús María Casal, anunciaron la creación de una comisión mixta para intentar involucrar al ente electoral con el proceso interno de la oposición para la definición de un candidato único de la PU.
Al respecto, Amoroso declaró: "Fue una reunión muy profesional, de intercambio, y se acordó instalar una comisión mixta entre el CNE y la Plataforma Unitaria para comenzar a discutir todos los aspectos técnicos que obedecen a un proceso electoral".
La reunión, que podría ser solo protocolar, luce novedosa ya que, a mediados de junio, cuando renunciaron todos los rectores del CNE, la CNdP decidió desarrollar su elección interna sin el acompañamiento técnico del ente electoral.
Esa decisión que dejó la puerta abierta para que el proceso interno de la oposición se lleve a cabo en un marco 'paralegal', en tanto que permitirá la participación de candidatos que están inhabilitados por las instituciones del Estado. Por esa misma razón, se ensancharían las posibilidades de que la PU decidiera abstenerse en la elección presidencial, constitucionalmente pautada para 2024.
La reunión entre Amoroso y Casal eleva expectativas de acuerdos que produzcan la normalización política y económica definitiva para Venezuela.
Sin embargo, la nueva reunión con el CNE reabre el escenario de la concertación: "Hemos comparecido a esta invitación y también compareceremos a esa comisión mixta para tener una interlocución en relación al avance del proceso de primarias y la colaboración que pueda prestar el CNE", expresó Casal.
La reunión entre Amoroso y Casal eleva expectativas de acuerdos que produzcan la normalización política y económica definitiva para Venezuela. Normalización política, en tanto se concretaría la participación de todos los sectores en el camino institucional, especialmente quienes rompieron con la normativa vigente a partir de la insurrección de Juan Guaidó, ocurrida desde comienzos de 2019.
También se esperaría la normalización económica, porque, como ha sido declarado por diversos representantes del Estado venezolano, cualquier acuerdo pasa por la suavización de sanciones que pesan sobre el aparato productivo nacional.
El viernes anterior al encuentro, el CNE había aprobado por unanimidad –lo que incluye a rectores cercanos a partidos del PU– proporcionar servicio técnico a la coalición opositora para la realización del proceso de primarias.
Mientras que hace dos semanas, el coordinador general de la PU, Omar Barboza, había anunciado que se estaban llevando a cabo negociaciones que buscan un acuerdo político para generar "condiciones" de cara a las presidenciales del 2024.
Así, hay señales de que se abren posibilidades de lograr acuerdos firmes. Aunque es factible que estos sean los últimos chances para finiquitarlos, ya que el cronograma electoral está encima.
"Entre el Gobierno y la delegación de la Plataforma hay conversaciones. No podemos dar detalles para no crear falsas expectativas. Hay una comunidad internacional que está promoviendo un acuerdo. Estamos discutiendo para llegar a acuerdos", aseveró Barboza.
Así, hay señales de que se abren posibilidades de alcanzar acuerdos firmes. Aunque es factible que estos sean los últimos chances para finiquitarlos, ya que el cronograma electoral está encima.
Nudos críticos: número de mesas e inhabilitaciones
Los nudos críticos en la dimensión técnico-electoral, es decir, lo que se está debatiendo de manera pública entre el CNE y la CNdP, es el apoyo técnico de la institución comicial para que aumente de manera exponencial el número de mesas y centros electorales.
Este es un debate interno en la oposición. Algunos voceros moderados han declarado públicamente que una elección sin el músculo y apoyo del ente comicial dejará desprovistos a vastos territorios populares, una realidad le daría a sus "núcleos duros" –sectores medios y urbanizados– un mayor poder de decisión, y perjudicaría a algunos partidos de la coalición.
Por otra parte, los sectores más radicales critican que el CNE, un órgano que no era reconocido y cuya disolución en 2018 se convirtió en una de las demandas centrales opositoras para participar en las elecciones, ahora sea el que organice sus comicios internos.
Voceros de estos sectores de la derecha radical aún no reconocen la institucionalidad existente y rechazan cualquier colaboración con los entes del Estado. Este flanco, además, es el que alentó con más ahínco el abstencionismo y el gobierno paralelo de Guaidó.
Debido a la fuerza financiera y mediática de este último sector –que está en contra del CNE e insiste en la participación de candidatos inhabilitados–, la PU corre el riesgo de no participar en las presidenciales de 2024 y repetir la historia del 2018, cuando se alinearon todos los sectores para convocar a la abstención.
La ausencia de participación electoral y la apuesta por un gobierno paralelo ha sido una estrategia fallida para la oposición, que la ha dejado sin representación en la Asamblea Nacional y con una de sus derrotas políticas más importantes de la historia política reciente.
Aún no sabemos si la oposición logre alinearse para traer de vuelta a sus adeptos al plano electoral o, por el contrario, volverá a desconocer la institucionalidad. Ese es el debate interno.
Las primarias están convocadas dentro de menos de un mes (22 de octubre) y las presidenciales están previstas, constitucionalmente, para 2024, aunque el gobierno podría proponer adelantarlas. El cronograma se les viene encima y el tiempo para cerrar las negociaciones se acorta.