Caminando: la brújula estropeada de nuestra memoria

 "…Es difícil encontrar en la sombra claridad

Porque el sol que nos alumbra descolora la verdad…"

Esta letra de una canción del inolvidable Víctor Jara, en diferentes momentos, me pareció que tenía distintos mensajes, pero ahora queda para mí como una linterna perfecta en los tiempos de confusión y relativismos inducidos. Muchas de las grandes verdades de ayer, hoy parecen estar anuladas por eventos jamás pensados, y en vez de una búsqueda de respuestas racionales, las lecturas retroceden hacia las tinieblas del pasado. La supuesta lucha contra los tabúes y las censuras nos empuja hacia un mundo donde está prohibido pensar, la prometida democracia se vuelve una tiranía de la mediocridad y del mal gusto y el supuesto progreso en tiempo récord está acabando con lo que queda del planeta. Con todo esto, lo más curioso es que seguimos viendo y analizando el mundo con los mismos ojos de ayer, como si nada hubiera pasado.

Si en la noche del 26 de abril de 1986 los técnicos de la central nuclear de Chernóbyl se hubieran dado cuenta de que había una falla simultánea (cosa que según las creencias de la época era absolutamente improbable), de decenas de sistemas de seguridad que supuestamente daban una múltiple garantía de protección al reactor atómico, tal vez hubieran actuado de un modo diferente, seguramente hubieran salvado sus vidas y la terrible catástrofe, cuyas consecuencias todavía no se conocen, habría sido evitada.

La civilización occidental: del ocio al vicio

En la famosa frase que se usa actualmente, del sociólogo estadounidense Alvin Toffler, "desaprender para aprender", hay un problema. Para poder desaprender, debería haber un aprendizaje previo, ya que, sin una base mínima de conocimiento, ningún aprendizaje verdadero sería posible, solo la manipulación y el adoctrinamiento. Las jóvenes generaciones de estos tiempos, junto con la irreverencia y rupturismo de su discurso (entre otras cosas un típico estereotipo, que representa a la juventud de todo el mundo y de todos los tiempos), contienen ahora un peligroso elemento simplista, producto del deterioro generalizado de la educación pública. Si nuestros padres y abuelos sabían que para cambiar este mundo había que aprender muchísimo, a nuestros nietos se les dice, que no vale la pena aprender nada "de la sociedad capitalista patriarcal" porque "ya nada de esto sirve".

Por primera vez como humanidad, estamos viviendo una realidad globalizada donde todo afecta absolutamente a todos, sin importar si lo reconocen o no. Por primera vez, estamos al borde de un colapso ecológico planetario, con bastantes advertencias científicas, independientemente de si creemos o no en ello. Las viejas estructuras políticas, partidistas e institucionales siguen atrapadas dentro de la lógica de los estados nacionales que desde hace rato ya no existen, y sus respuestas cada vez más tardías e ineficientes, ya claramente no corresponden a las necesidades de este momento histórico.

Las poblaciones de continentes enteros, a pesar de la manipulación mediática total, se dan cuenta de la falsedad del mundo político de hoy, carente de ideas y basado en el 'marketing', y masivamente se niegan a participar en la vida política tradicional o lo que el poder nos presenta falsamente como "la democracia"

Este es el momento de la mayor crisis de la humanidad, porque por primera vez abarca a todas las culturas y todos los continentes juntos, implica múltiples riesgos que conocemos, pero es vital entender que no es solo una crisis económica o política, como nos cuenta la prensa. Es una crisis existencial de todo este modelo civilizatorio basado en los fetiches materiales, dominado por la repugnante deidad de dos caras que son el dinero y el poder. 

Igual que hace unas décadas, en algunos países de Latinoamérica el narcotráfico y el Estado eran amigos y socios, pero ahora son dos partes de una sola cosa, pues es imposible deducir dónde empieza una cosa y dónde termina la otra. Y todo esto, con sus tres ramas de división del poder, ejecutivo, legislativo y judicial, siempre representando lo mismo y para los intereses de los mismos, eso sí, sin diferenciación alguna para los amos del negocio llamado 'democracia'. Ahora podemos incluir también a la mayoría de las ONGs, defensoras de las más nobles causas, con el financiamiento de los 'sponsors' más infames.  

Todos seguimos mirando el mundo desde un holograma del pasado. Los defensores del capitalismo hablan como si el capital productivo todavía fuera rentable y las sobras de la población vieja, joven, enferma, indígena y no productiva no fueran el estorbo principal de los gobiernos administradores de la pesadilla. Los que dicen ser de izquierda siguen jactándose mientras emplean las mismas consignas del siglo antepasado, ingeniando la creación de las redes de las redes para sus sectas de las sectas, haciendo lo que sea para disimular la pobreza de su imaginación.

Una crisis en la sociedad, igual que en la vida personal, es condición necesaria para el crecimiento. Hacerse el de la vista gorda como si nada pasara o aferrarse al pasado es aumentar los riesgos. En las últimas décadas, gracias a la revolución tecnológica casi todas las ciencias, a pesar de la camisa de fuerza que les puso el poder político global, hicieron un enorme salto hacia el futuro. Parece que la sociología es la única que sigue usando las herramientas del siglo XIX. ¿Será parte de la misma camisa de fuerza?

Escucho la voz de Víctor. Ella llega desde la eternidad que habita, con toda su nitidez y ternura, como un abrazo, como una certeza que vale la pena, que siempre valdrá la pena… y también dibuja el más chileno de los paisajes en la letra de sus canciones, recorriendo cerro y mar, juega con los trigales del sur, de piedra, arena y aire, estampa las silenciosas figuras del norte… y cuando por fin entramos en confianza y estamos a punto de reconocer que la muerte es algo que tal vez no existe, él vuelve a recordar, proponer y repetirnos que no basta nacer, crecer, amar para encontrar la felicidad…

"Caminando, caminando

Voy buscando libertad

Ojalá encuentre un camino

Para seguir caminando…"