Las balas para Robert Fico, ¿un tiro de gracia para Europa?
El reciente intento de asesinato del primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha sido un acontecimiento para el destino de Europa mucho más significativo de lo que se suele considerar en los pobres análisis de nuestros días, porque parten de la "poca relevancia que Eslovaquia tiene en el mapa político mundial" y terminan reduciendo el hecho a una crónica policial provinciana. Después de su casi milagrosa salvación, Fico de a poco se está mejorando, y junto con esta tan esperada y buena noticia, algunas fuentes arrojan versiones que cambian el cuento inicial de que fue una "iniciativa individual" de un loco pseudointelectual y expacifista, que le disparó al primer ministro "por no estar de acuerdo con sus políticas". Cierto o no, esta historia será tema de muchas discusiones, a pesar del gran interés que los poderes europeos tienen en acallarlas.
Se sabe que Fico es uno de los pocos políticos europeos que tiene ideales y convicciones basadas en una fuerte conexión con la historia y la memoria de su tierra y no en las modas de las ofertas ideológicas o mediáticas del momento. Pocos recuerdan hoy que Eslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial fue uno de los lugares de mayor resistencia antifascista en Europa, comparada con Yugoslavia o Italia, donde existió una masiva guerrilla comunista que surgió del propio pueblo, sin ayuda de nadie de afuera.
También el pueblo eslovaco conoció muy bien a los nacionalistas ucranianos, aliados de los nazis e ídolos del actual régimen de Kiev, quienes, por su crueldad con los civiles, muchas veces superaron con creces a los alemanes. A diferencia de la otra gran parte de Europa, el pueblo eslovaco no permitió que se destruya esta memoria y esta es una de las razones principales del porqué el primer ministro del país, Robert Fico, no pudo apoyar la idea del envío de armas eslovacas a Ucrania.
Al atentado contra Fico, lo precedieron varios acontecimientos en el jardín europeo. Por ejemplo, el concurso musical de Eurovisión, un par de semanas antes. Creo que el adjetivo 'musical' deberíamos también ponerlo entre comillas. ¿Qué pasó con Europa? ¿Por qué el bello discurso en defensa de las libertades individuales y contra la discriminación se trasmutó en este fúnebre paisaje, lleno de monstruos de una especie de sexo y rumbo indefinidos, que hoy se nos presentan como los mejores representantes del arte europeo? En el concurso de Eurovisión de este año, la música fue lo que menos importó. Curiosamente, ni siquiera fue un evento de manipulación política, como en los años anteriores. Ha sido simplemente una película de terror con claros elementos de instrucción sobre cómo se deshumaniza al ser humano. Se instalaba un nuevo paradigma social que no es otra cosa que la locura institucionalizada.
En este manicomio mundial cuidadosamente construido, cultivado, creado y criado, es bastante lógico que uno de los pocos políticos europeos cuerdos, como es el caso de Robert Fico, sea víctima de un intento de asesinato, ya que simplemente él no encaja en este nuevo paisaje.
Y es aún mucho más lógico, que el asesino sea un producto maduro de este nuevo tipo de sociedad, donde la ignorancia acomplejada, agresiva y masiva muta inevitablemente en fascismo. Donde toda la farsa sobre la tolerancia proclamada por los hipócritas rebota en balas o misiles contra todo lo que no se ajusta en ese bestiario planetario que se continúa construyendo para nosotros. Pongámonos en el escenario menos conspirológico y supongamos que el agresor actuó solo. Este caso me parece aún más terrorífico. El personaje que le disparó a Fico no es simplemente un loco, (pues sería hasta más racional si hubiera actuado como sicario a sueldo), sino que es hasta un "escritor", un "intelectual", un "no violento", un "altruista" convencido de que actuó en defensa de sus valores más sagrados.
Entonces, el sistema ya no necesitará más sicarios asalariados ni mercenarios caros ni genios del espionaje. Si consigue algo que sabe hacer muy bien, que es descomponerles tanto el cerebro y el alma a la mayoría de los ciudadanos hasta que empiecen ellos mismos a dispararle a todo lo que no encaje en su democrático cerebro de pollo. Al mismo tiempo, ellos serán capaces de mirarnos a los ojos y hablarnos de libertad, tolerancia y progreso sin experimentar ni la más mínima contradicción.
En el universo no existe un ser más peligroso que un imbécil rebozado de superioridad moral, creyéndose dueño de la historia. Estas son, precisamente, las criaturas por las que apuestan los poderes financieros y empresariales del mundo hoy, convirtiendo los nuevos programas educativos y culturales en sus criaderos.
No hace falta mucha fantasía para imaginar qué estaría pasando ahora mismo en Europa si en vez de Fico, le hubieran disparado a algún Tusk, Simonyte o Stoltenberg.
A diferencia de los camaleones pseudoizquierdistas multicolores mantenidos por el poder corporativo y por sus hermanos gemelos neonazis de todo tipo de pseudooposiciones y sectas racistas, Robert Fico es uno de los últimos socialdemócratas de verdad, al igual que Olof Palme, asesinado hace 38 años en extrañas circunstancias, que aún no se han investigado.
El verdadero pacifista europeo es Robert Fico, y una posición independiente, como la de los que como él se atreven a disentir con esta visión de mundo monotónico, por más arcoíris que le pongan, requiere hoy de una tremenda valentía personal, mucho más que la sangrienta verborrea belicista de los últimos años en boca de tantos de sus adversarios políticos. Los que ahora fingen estar indignados por la tan esperada noticia. Su valiente resistencia a la exigencia imperial de suministrar armas al régimen de Kiev ha sido su verdadera sentencia de muerte, firmada por él mismo. Algo comparable con lo que hizo Allende cuando cumplió su promesa de nacionalizar el cobre chileno. Ellos lo hicieron sabiendo que el sistema no perdona, afortunadamente parece que Fico no correrá la misma suerte de Allende.
En Europa, que está siendo destruida por sus propias élites, se abre para la turba la temporada de caza contra los últimos y anticuados políticos que todavía recuerdan el significado de la palabra 'ética'. Las balas para Fico son una advertencia para cualquiera que se atreva o intente responder con la razón a la locura o con el amor al odio. La abundancia de lágrimas de cocodrilo es el mejor lubricante para las armas de los asesinos. Europa es casi Ucrania y los tiempos que vienen serán decisivos. Deseémosle a Robert Fico una pronta recuperación, le espera mucho trabajo.
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