Intento de golpe militar en Bolivia: primeras reflexiones
Mis primeras impresiones después de esta noche de insomnio. El intento de golpe militar de ayer en Bolivia fue muy extraño, improvisado y condenado al fracaso desde el principio. Si se realizara un concurso mundial de golpes de Estado mal preparados, este sería el ganador. Los militares sublevados no hicieron prácticamente nada para tomar el poder. Las viejas generaciones de bolivianos, que entienden de golpes de Estado, pueden comparar fácilmente los sangrientos "pronunciamientos" del pasado con la pantomima golpista actual.
Al mismo tiempo, la comprensión general del significado de este vergonzoso acontecimiento no cambia: la oligarquía boliviana y sus fieles amos del norte quieren derrocar a toda costa al actual gobierno legítimo de Bolivia y restaurar el 'status quo' colonial en uno de los países más ricos en recursos de la región.
El trabajo del enemigo en este sentido no se detiene y las decisiones aquí no las toman locos generales traidores.
Con toda probabilidad, esta torpe intentona golpista fue una prueba de fuerza y, lo que es más importante, una herramienta de investigación para medir la reacción de distintos segmentos de la sociedad boliviana y de otros países ante un proyecto similar.
El gobierno de Luis Arce, el propio presidente y los movimientos sociales de Bolivia reaccionaron de inmediato, llamando a la resistencia general contra estos planes criminales. Ni un solo país del mundo expresó su apoyo abierto al golpe, todos los gobiernos y organizaciones internacionales que se pronunciaron lo condenaron, sincera o hipócritamente.
Bolivia, que construye su camino hacia el socialismo, posee el 24% de las reservas mundiales de litio. En diciembre del 2023, el consorcio ruso Rosatom y la empresa estatal boliviana YLB firmaron un acuerdo para iniciar la explotación conjunta de la principal riqueza mineral del país: el litio (no es cierto, como dicen varios medios, que el litio sea la principal riqueza del Bolivia, su principal riqueza son los bolivianos).
Hace aproximadamente un mes, durante la visita del presidente Luis Arce a Rusia, Bolivia presentó una solicitud formal de ingreso al BRICS. Además, el presidente boliviano se atrevió a criticar al bloque pacifista de la OTAN.
El factor ruso probablemente no es el principal en este caso, pero es una de tantas razones en los planes golpistas para derrocar al Gobierno boliviano.
El principal objetivo del enemigo es más grande: destruir este ejemplo de exitoso desarrollo independiente de un país que en su pasado reciente fue el más pobre de Suramérica, debido a su saqueo por siglos y siglos por parte de las élites locales y extranjeras, en realidad todas extranjeras, si las vemos desde el punto de vista del pueblo boliviano. Fueron ellos quienes convirtieron este bello y rico país en "un mendigo en un trono de oro". Y también en campeón mundial de los golpes de Estado del siglo pasado.
Por eso ahora es tan urgente para el poder corporativo del planeta, el que con tanta eficiencia hace pasar el pasado por el futuro, devolver a Bolivia a aquellos tiempos.
Entre muchas incertidumbres de hoy, una cosa está clara: en la actualidad, la trágica división en el partido gobernante MAS (Movimiento al Socialismo) entre los partidarios de su líder histórico Evo Morales y el actual presidente Luis Arce es más peligrosa que cualquier acción militar enemiga.
Los recientes gobiernos de Evo Morales y Luis Arce han hecho más por el pueblo boliviano que todos sus gobiernos anteriores juntos
Los recientes gobiernos de Evo Morales y Luis Arce han hecho más por el pueblo boliviano que todos sus gobiernos anteriores juntos, pues han devuelto al país sus riquezas principales, la independencia para su Estado y han mejorado considerablemente el nivel y la calidad de vida de la mayoría de la población, especialmente de los más pobres. Su enorme papel en la superación del racismo de las élites blancas en el país más indígena de América Latina es también enorme.
Hace muchos años, durante la presidencia de Evo, cuando estábamos haciendo un documental en Bolivia sobre la última guerrilla del Che Guevara, siguiendo sus pasos por los rincones más olvidados del interior del país, recuerdo cómo ya en aquellos tiempos me sorprendió y asombró la verdadera guerra que vi entre los caciques locales del partido MAS por cuotas del poder. Muchos funcionarios y gente simplemente oportunista se inscribieron masivamente en el partido de Evo solo por estar cerca de la autoridad. Y casi de inmediato comenzó la lucha por el control de sus parcelas de poder. Obviamente, pese a una infinita colección de hermosos eslóganes y declaraciones, en este medio no existe ningún proyecto político. Por supuesto, no se trata solo de un problema boliviano, sino de un problema mundial para todas las fuerzas que tanto hablan de unidad, pero nunca logran practicarla.
La principal y muy difícil tarea de los movimientos sociales bolivianos es superar esta división de la izquierda, que es igualmente mortal para todos, porque el próximo golpe, militar o electoral, podría ser ya de verdad.
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