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Y la cobra fumó

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Y la cobra fumó

Ahora, cuando estoy redactando este texto, veo en la prensa los datos oficiales de las bajas de la URSS en la Gran Guerra Patria: 26,6 millones de seres humanos, de ellos 6,8 millones de militares muertos, 4,4 millones de presos y desaparecidos.

Bueno, al grano. En la edición del mes de Mayo de la revista Latinskaya Amerika de Moscú que está por salir publicamos una serie de artículos sobre los países latinoamericanos durante la Segunda Guerra mundial.

El gran experto en la historia de las relaciones internacionales Dr.Alexandr Sizonenko, del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, escribe sobre aspectos diplomáticos de las relaciones de la URSS y América Latina en aquella época inolvidable, recordando que en 1941 la Unión Soviética no tuvo ni una Embajada en las capitales de los Estados situados al sur del Río Bravo. Pero durante la Guerra fueron establecidas las relaciones con Cuba, México, Uruguay, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Chile, República Dominicana, Venezuela, Brasil, Bolivia y Ecuador. En la primavera de 1943, José Stalin recibió en el Kremlin a los jefes de las misiones en Moscú de México, Luís Quintanilla, y de Cuba, Aurelio Fernándes Concheso. El 24 de Junio de 1945, al Desfile de La Victoria en La Plaza Roja asistieron los diplomáticos de México, Uruguay, Cuba y Colombia. En Cuba y en México trabajaron exitosamente los eminentes embajadores soviéticos Maxim Litvínov, Andrey Gromyko y Konstantín Oumanski . El éxito militar de la URSS en la lucha contra el fascismo y por la libertad y la independencia elevó su prestigio y autoridad en el mundo en general y en el Hemisferio Occidental en particular.


  Luis Quintanilla Konstantin Oumanski en una conferencia de prensa en México Andrei Gromyko Maxim Litvinov

 

Un aliado “olvidado’

La profesora de la Universidad MGIMO, la Dra. Ludmila Okuneva, dedica su artículo a las acciones bélicas del Cuerpo Expedicionario Brasileño en Europa en 1944-1945. La eminente historiadora rusa dice que, desgraciadamente, los representantes de Brasil no fueron invitados hace cinco años al Desfile Militar Conmemorativo que tuvo lugar en Moscú en 2005 con motivo del 60 aniversario de la Gran Victoria de la coalición antihitleriana, en el cual participaron otros aliados de ésta. En justicia, tengo que decir que en Río de Janeiro, que visité hace unos años, no encontré tampoco ni una palabra sobre la Unión Soviética en el Monumento en honor a los participantes brasileños en la Segunda Guerra Mundial. El monumento se erigió durante la Guerra Fría, lo que explica mucho.


El monumento al Cuerpo expedicionario en Río de Janeiro

Hay que recordar que Brasil, en 1939-1942 mantuvo la neutralidad oficial en el conflicto mundial y sólo el 22 de Agosto de 1942 declaró la Guerra a la Alemania nazi y a la Italia fascista. La Guerra a Japón fue declarada mucho más tarde, el 6 de agosto de 1945.

El 9 de Agosto de 1943 el general Joao Batista Mascaranhes de Moraes fue nombrado por decreto presidencial comandante de la Força Expedicionaria Brasileira (FEB) na Italia. Esta decisión no fue fácil para el Presidente Getulio Vargas, que antes sentía cierta simpatía por Mussolini con su Estado Corporativo y por el Nuevo Orden de Hitler. Al fin y al cabo, por este decreto Brasil se convirtió en el único país latinoamericano que desarrollaba acciones bélicas en el frente europeo, en Italia. En el emblema de la tropa brasileña aparecía dibujada una cobra fumando la pipa. De esta manera los sudamericanos de habla portuguesa comentaban un dicho del Fuhrer, que afirmaba, según los rumores que corrían en aquella época, que “antes de que Brasil entre a la Guerra, la cobras empezarán a fumar”. La Marina brasileña en el Atlántico Sur defendía los convoyes de los aliados de los submarinos alemanes.

 


Soldados brasileños en Italia del norte

 

La cobra fumando G.Vargas y D.Roosvelt, 1943 El cazasubmarinos brasileño que luchó contra los alemanes en los cuarenta


El comandante de la FEB,
Joao Batista Mascaranhes de Moraes

Durante 239 días la FEB, que disponía de 25.334 efectivos, combatió contra 9 divisiones alemanas y 3 italianas y perdió a 454 soldados y 13 oficiales; 2.722 hombres resultaron heridos y de ellos fallecieron 2.000. Los brasileños capturaron como presos a 20.573 alemanes, entre ellos 2 generales, tomaron 800 cañones, 1.500 carros de combate y 4.000 caballos. Los aviadores brasileños liquidaron el 85% de los depósitos de municiones del enemigo, el 35% de los depósitos de combustible y el 15% de los camiones, tanques y locomotoras a los que atacaron.

El rol del 'Gigante Tropical' en la derrota del fascismo contó con el respeto reconocido de la, por aquel entonces recién formada, ONU. En abril de 1947 su delegado, el reconocido antifascista Osvaldo Araña, fue elegido Presidente de la Primera Asamblea General Especial de dicha Organización. Desde aquel momento, todas las reuniones anuales de la AG comienzan con la intervención del Representante de Brasil.

Pero Brasil no recibió todo lo que quería obtener después de haber brindado su aportación a la Victoria. De esto habla otro gran conocedor de Brasil, el miembro del Consejo de la Redacción de nuestra revista, historiador y politólogo, vicedirector de ILA, Dr. Boris Martynov en su artículo titulado 'La suerte del crucero 'Bahia'. Algunas reflexiones sobre relaciones entre aliados durante la Segunda Guerra Mundial'.

Los líderes brasileños pensaban, y esto se reflejó en las palabras dichas el 18 de Mayo de 1945 por el contralmirante K.Suares Dutra, que “Brasil salió de la Guerra tan grande como cualquier otra de las grandes potencias mundiales”. Del mismo modo pensaba el gran nacionalista presidente Vargas. Pero un Brasil independiente, fuerte, seguro y patriótico, que gozara del reconocimiento de su rol en la Segunda Guerra Mundial por parte de otras potencias vencedoras, no les interesaba a los Estados Unidos, que celosamente guardaban con mano dura su monopolio del poder total en el Hemisferio Occidental, y pretendían ser el 'número uno' en nuestro planeta. Washingtón impidió la inclusión del Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU. El desplome de los sueños arriba mencionados, piensa Boris Martynov, podría ser uno de los motivos del misterioso suicidio del presidente Vargas en 1954. ¿Quién sabe?

Ahora Brasil, junto con algunos otros aliados (Rusia, la India y China) de la Segunda Guerra Mundial que en nuestros tiempos forman parte del cuarteto emergente del BRIC, empieza a desempeñar un papel cada día más importante en el escenario mundial. Parece que ya llegó su tiempo. ¿O hay que trabajar duro otros 65 años más?

Y Usted, ¿qué opina?   

Vladímir Travkin, e-mail: revistala@mtu-net.ru

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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