La vocación rusa por la paz

En la segunda mitad del siglo XIX surgió una dupla magnífica con la figura de dos impresionantes jefes de Estado: Alejandro ll de Rusia y Abraham Lincoln de EE.UU. A ambos les tocó gobernar a dos naciones que emergían con gran impulso y estaban destinadas a desplazar a la vieja Europa del eje principal del mundo, como lo advertía Alexis de Tocqueville ya en ese entonces.

Alejandro II apenas se hizo cargo del Gobierno sin que se disparara un solo tiro ni se derramara una sola gota de sangre, decretó la liberación de los siervos de la gleba (24 millones de 'muzhiks' o campesinos rusos que padecían una suerte de esclavitud). Abraham Lincoln, dos años después abolió la esclavitud de cuatro millones de seres humanos, (la mayoría procedentes de África). La decisión de este último desencadenó una cruenta y prolongada guerra civil. Entonces el 'zar Libertador' no dudó en ofrecer su ayuda a su par americano y le envió parte de su Armada a Nueva York y a San Francisco. El paralelismo entre ambos se repite hasta en sus misteriosas muertes trágicas.

A Alejandro ll no solo le preocupaban las aberrantes injusticias internas de sus estados, sino que se propuso también mitigar la ferocidad de las guerras y en ese sentido fue el impulsor de un organismo internacional que regulara este flagelo. En 1874 logró convocar la Conferencia de Bruselas, que en su espíritu es el antecedente de la Conferencia de Paz de La Haya de 1899 y de 1907.

Más de un siglo después Vladímir Putin en Naciones Unidas se pone a la vanguardia en el respeto a los derechos humanos y a la salvaguarda de la ONU. La actual vocación rusa por la paz y su actuar axiológico enmarcado en un profundo sentido común dista mucho de lo que la mayoría de los países hegemónicos han mostrado en los últimos años. El discurso histórico que diera el presidente ruso Vladímir Putin ante la 70.ª Asamblea General de la ONU es la manifestación de una Rusia renovada.

Hoy uno de los países de mayor peso en el mundo, se desenvuelve con una profunda coherencia y honestidad geoestratégica que hacía años no se vivía. Su presidente con fuerza y orgullo así lo enunciaba ante las Naciones Unidas: "Estimados colegas, debo señalar que el enfoque directo y honesto de Rusia se ha utilizado recientemente como pretexto para acusarla de ambiciones crecientes como si quienes lo dicen no tuvieran ambición alguna. Sin embargo, no se trata de las ambiciones de Rusia, sino del reconocimiento del hecho de que ya no podemos tolerar el actual estado de cosas en el mundo, nosotros proponemos guiarnos por valores comunes e intereses comunes en lugar de por las ambiciones".

Rusia en Siria logró en una semana lo que EE.UU. no ha podido lograr respecto al terrorismo durante años

Y así ha sido, motivado por un coherente sentido común y movido por valores fundamentales como el respeto a la vida humana y el respeto al derecho internacional, Rusia en Siria logró en una semana lo que EE.UU. no ha podido lograr respecto al terrorismo durante años. Señala Putin en la ONU: "En estas circunstancias es hipócrita e irresponsable hacer bulliciosas declaraciones sobre la amenaza del terrorismo internacional al tiempo que se cierran los ojos a los canales de financiamiento y apoyo a los grupos terroristas incluyendo las rentas del narcotráfico y del tráfico ilícito de petróleo y de armas. Sería igualmente irresponsable intentar manipular a los grupos extremistas y ponerlos al servicio propio con el fin de lograr la esperanza de enfrentarlos más adelante; dicho de otra manera: liquidarlos. A los que así actúan quisiera decirles señores, están tratando ustedes con personas brutales pero no son primitivos en absoluto, son tan listos como ustedes y nunca se sabe quién manipula a quien".

Separados por más de un siglo Alejandro II y Vladímir Putin tienen mucho en común: el acorralamiento internacional, la terrible tergiversación mediática y las descaradas mentiras y mitos que se construyen en su entorno. La vocación por la paz de Putin, que se ha manifestado durante sus mandatos, el respeto que ha encabezado hacia lo ONU y al enarbolar las más importantes estrategias por la paz mundial aún a pesar de los embates de los que ha sido víctima su nación y él mismo; de hecho pareciera que sus movimientos pretenden provocar acciones pacíficas en los demás.

La cooperación entre Rusia y EE.UU. se ha visto opacada por el desleal accionar de una hacia la otra. América tiene muchos vínculos con Rusia y es deudora de ella por muchos motivos, principalmente por la firmeza de su amistad en años de pruebas tan duras. Hoy se ven distanciadas por la vocación pacífica de una en contrasentido a la incitación bélica de la otra.