El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha reconocido en esta entrevista exclusiva con RT la importancia que tiene el décimo aniversario de la histórica Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, pero ha destacado que hoy, después de todo ese tiempo, aún "falta su implementación" en muchos países.
Morales ha recordado que Bolivia fue el primer país que ratificó de forma efectiva la Declaración promulgando una ley para desarrollarla y logrando la participación política de estos pueblos. Por todo ello, hace un llamado a los demás países a implementar este documento en la práctica.
"Adueñarse de los recursos naturales"
El presidente boliviano ha destacado una tendencia "crítica y preocupante" que consiste en el hecho de que "algunas potencias, por razones geopolíticas, quieren tomar, como siempre, a países", destacando que su objetivo final es "adueñarse de los recursos naturales", sobre todo los de los pueblos indígenas.
Morales ha señalado que esta fue la verdadera razón de la intervención internacional en Libia, a pesar de que se hizo con el "pretexto de la democracia y de la dictadura". Además, recordó cómo esas mismas potencias que "hicieron entender al mundo" que en Irak había armas de destrucción masiva ahora hablan de agentes y armas químicas en Siria. Esta república árabe es un "lugar estratégico para el control de Oriente Medio", ya que, según estima, está en una zona donde se produce al menos un 30% de los recursos hidrocarburíferos del planeta.
"La cultura de la muerte"
El líder de Bolivia ha hecho un paralelismo de la situación actual con el reparto imperial del mundo que se hizo en el pasado. Según él, hoy día sigue habiendo "una invasión imperial", que se realiza "con bases militares y submarinos" que tiene como objetivo "controlar los recursos naturales" de los países.
Morales ha reiterado su postura pronunciada ante la ONU, donde declaró que "quien apoya al sistema capitalista, apoya la guerra, y quien apoya la guerra, apoya la cultura de la muerte". El presidente boliviano ha condenado las "intervenciones" por parte de EE.UU. y ha destacado que "cuando le interesa [a EE.UU.] la democracia, usa la democracia, los derechos humanos", pero "cuando no les interesa, no hay democracia ni derechos humanos".
"Privatizar el planeta"
El mandatario cree que en el siglo XXI "ningún país ni persona puede ser dueña del mundo", así como tampoco se puede "privatizar el planeta".
Por este motivo, sostiene, los países, sobre todo América Latina, el Caribe y las naciones de África deberían unirse para "hacer frente" a las políticas de EE.UU., cuyo Gobierno "ni siquiera respeta los principios de la ONU" y ahora está liderado por una persona con "mentalidad egoísta y ambiciosa" como Donald Trump.
El 'fin del mundo'
Morales ha alertado de que el así llamado 'fin del mundo' "puede estar en manos de algunas potencias que usen armas nucleares", por lo que pide a los medios de comunicación que estén vigilantes y sean "los que más orienten y comuniquen sobre los efectos del uso de bombas atómicas o guerras nucleares".
"El mejor instrumento del imperio"
Por otro lado, el presidente boliviano ha calificado la situación actual en Venezuela de golpe de Estado "impulsado con la derecha venezolana" y ha lamentado que la Organización de Estados Americanos (OEA) no abandone "su tradición golpista". Morales ha acusado a este organismo de ser el "mejor instrumento del imperio norteamericano", mientras subraya que su país "rechaza enérgicamente cualquier golpe de Estado".
El líder boliviano ha criticado que EE.UU. intente dividir a la Unasur "con la Alianza del Pacífico". En este sentido, considera que el golpe de Estado en Honduras fue utilizado como forma de "amedrentamiento y escarmiento" para los países que se suman al ALBA y tratan de implantar políticas diferentes a las que les interesan a los gobiernos de EE.UU.
El mandatario ha reconocido "la resistencia del pueblo venezolano" frente a la "agresión" por parte del secretario general de la OEA, Luis Almagro, que tiene una "mentalidad intervencionista", y de otros países miembros. Morales ha destacado que la situación en Venezuela no se desarrolla contra el presidente Nicolás Maduro, ni tampoco contra el pueblo venezolano, sino que en el centro de la crisis se encuentra el control por el petróleo del país.