Cuba se encuentra en el punto de mira por los supuestos "ataques acústicos" sufridos por empleados de la Embajada estadounidense en La Habana de los que la Casa Blanca acusa al Ejecutivo de Raúl Castro.
Todo comenzó en agosto pasado, cuando se filtró a los medios que una serie de funcionarios de la Embajada de EE.UU. en La Habana habrían presentado un extraño cuadro de salud que incluía pérdida de audición, vértigo, náuseas y dolores de cabeza. Según los rumores, el reporte del primer caso se remontaba a noviembre de 2016.
"Ataques sónicos", una acusación sin pruebas y un método usado por el propio EE.UU.
Numerosos medios de prensa comenzaron a emplear el término "ataques sónicos". Recientemente el Departamento de Estado ha negado esta versión debido a la ausencia de pruebas, pero ha apuntado a que su personal en la isla carinbeña podría haber estado expuesto deliberadamente a un virus.
En La Habana rechazan estas acusaciones y aseguran que Cuba es un país seguro, pacífico y saludable. Asimismo, catalogan de irresponsables las declaraciones de los funcionarios estadounidenses sobre este tema y recuerdan que no existe evidencia alguna que permita afirmar que Cuba pueda ser responsable o que sea conocedora de acciones de terceras partes. Aunque las relaciones bilaterales no se han congelado del todo, sí se han detenido los avances en la colaboración entre ambos países.
El uso de las armas acústicas no es ajeno a las prácticas de la propia Casa Blanca. Washington ha empleaddo este tipo de armamento en la guerra de Irak; en Nueva Orleans, tras el huracán Katrina; e incluso para dispersar manifestaciones del G20 en Pittsburgh en 2009.
¿Hasta qué punto pueden ser ciertos estos presuntos incidentes? ¿Qué sustenta estas acusaciones del Gobierno estadounidense? ¿Qué podría haber detrás de estos rumores? RT y TeleSUR desgranan las claves de caso.