La cobertura de las protestas en contra de las tarifas sobre el agua potable "fue solamente una coyuntura aprovechada por el Gobierno de Roberto Borge [gobernador de Quintana Roo]" para encarcelarle, relata Pedro Canché, apuntando que le acusaron de sabotaje por tomar fotos y grabar videos de la protesta maya y que las personas que le detuvieron estaban armadas, actuaron con violencia y no mostraron ninguna orden de detención.
Canché cuenta que en la cárcel le llevaron al módulo de máxima seguridad, donde hay secuestradores, asesinos y narcotraficantes, y le golpearon en repetidas ocasiones. "Los policías no hacen nada. Nadie se mete porque esto es con total impunidad. Es una orden del gobernador Roberto Borge (…) como soy enemigo del gobernador en cualquier momento me podían sacar y matar", cuenta el activista, explicando que en la cárcel le quitaron lápiz y cuadernos y se le prohibió escribir. "Me sentía como un león enjaulado, pasando muchas cosas en el país espantosas y yo estando en la cárcel", lamenta Canché, que recuerda la desaparición de los 43 normalistas.
Además, Canché sostiene que el hecho de que el presidente Enrique Peña Nieto apoye al gobernador de Quintana Roo muestra la corrupción del país. "El mexicano es cobarde y su cobardía lo transmite siendo el lambiscón del sistema, como hacían con Hitler. Hitler tenía masas de gente que lo aplaudía pero no significaba que Hitler fuera bueno o su sistema correcto. Eso es lo que está ocurriendo en México (…) la corrupción se fortalece cada día más y más por nuestra indiferencia. Quienes pagamos los platos rotos somos los que alzamos la voz, los periodistas", afirma Pedro Canché. A su juicio, el mayor problema de México son la ignorancia y la falta de educación derivadas de la pobreza.
El activista afirma que "hacer compromiso con los políticos implica ser cómplices de su corrupción e impunidad" y que "cualquier disidencia y cualquier periodista que hable y sea incómodo tanto para el presidente Enrique Peña Nieto o como pasó con Carmen Aristegui con la Casa Blanca o como pasa con Duarte, [en cuyo estado se] mata a los periodistas" es acallado.
Asimismo, el activista denuncia la discriminación de los mayas en el país: "Nosotros en la zona maya somos los más registrados (…) somos como un campamento de empleados. No tenemos permiso para ir a las playas. Si vamos nos ven como bichos raros, hay discriminación (…) somos tratados como extranjeros en nuestra propia tierra". "El hospital es como una funeraria, salen muchos cadáveres porque no hay medicamentos", denuncia el periodista, quien además lamenta que los mayas tampoco tienen acceso a ciertos servicios básicos.