El río que se convirtió en una gran fosa séptica donde el agua limpia es un lujo que pocos pueden permitirse
El principal río de Indonesia tiene una extensión de 300 kilómetros, sus aguas riegan más de 4.000 campos de arroz y es fuente del líquido vital para 25 millones de personas. En sus orillas hay más de 2.000 instalaciones industriales. A principios de la década de 1980, la mano de obra barata en la isla de Java atrajo a los productores de todo el mundo y el Gobierno indonesio permitió verter residuos líquidos al Citarum y sus afluentes con la condición de que no contuvieran 40 tipos de químicos prohibidos.
Los lugareños recuerdan que, hace unas tres décadas, el agua del Citarum era limpia y estaba llena de peces, pero con el pasar de los años el río "se volvió negro" a causa de la contaminación. Los residuos tóxicos se han filtrado en los campos agrícolas, convirtiéndolos en tierras estériles, y las personas que las trabajan sufren distintas infecciones en la piel.
"Los tipos de contaminación más extendidos y típicos son con metales pesados, los residuos orgánicos y la bacteria E. coli (…) Los metales pesados dañan la piel causando eczemas que luego pueden desarrollarse y convertirse en úlceras de piel", explica el ecologista Andri Gumilar. "Mucha gente depende del Citarum para satisfacer su necesidad de agua, por eso lo usan independientemente de lo contaminado que esté, no tienen otra opción. La gente que vive al lado del río normalmente suele ser de las clases más bajas y el agua limpia es un lujo que no se pueden permitir", lamenta.
La industria textil es la mayor fuente de empleo en Java, aporta miles de millones de dólares a la economía del país, así como ingentes cantidades de plomo, cromo, zinc y polonio que se vierten en la mayor fuente de agua potable de la isla. Desde el 2000, el Gobierno indonesio ha invertido billones de rupias en programas dedicados a limpiar el río, aunque por ahora ninguno de ellos ha dado resultados tangibles.
Muchas fábricas tienen tuberías de desagüe ilegales escondidas bajo el agua o la tierra por donde vierten los líquidos residuales para evitar su depuración y así bajar los costos de producción, denuncia el activista medioambiental Adi Mulyadi.
Pero las instalaciones industriales no son las únicas fuentes de contaminación del Citarum, sino también los hogares, que en conjunto han convertido al afluente en "una enorme fosa séptica" plagada de gran cantidad de basura.
"Tenemos un solo río y es el más sucio del planeta", asegura Gumilar. "Esto se debe a que el Gobierno indonesio no ha sido capaz de ofrecer ninguna tecnología viable de reciclaje de basura", comenta por su parte Mulyadi.