La invasión de los espíritus fríos
Nicaragua, las comunidades misquitas del este del país son de esos lugares en los que se manifiestan fenómenos de difícil explicación y a los que el forastero se acerca con curiosidad y temor. Sin razón apararente, víctimas de pavorosas crisis de ansiedad, chicas jóvenes revelan una violencia y una fuerza desconocidas que hacen muy difícil reducirlas. A falta de explicación o tratamiento su mal tiene un nombre: es el grisi siknis.
Dividida entre la aprensión y el deseo de saber, la corresponsal de RT Julia Muriel Dominzain se ha adentrado en la selva para tratar de desentrañar el origen de este "fenómenos de locura colectiva", un mal que los indígenas creen que es obra del demonio. Dominzain quería saber de qué se trata, cómo se sienten las personas afectadas y, sobre todo, cómo manejan el miedo.
El equipo de RT tuvo la oportunidad de visitar la casa de Chanda Yubelka Mendoza, una chica de 17 años que desde hace siete meses padece de grisi siknis, y conversó con ella y con su familia. Los familiares explicaron que la joven no puede estudiar porque cada cierto tiempo, durante una semana de noche, le dan ataques y la tienen que agarrar entre varias personas porque se autolesiona. Asimismo, detallaron que las personas afectadas por esta patología, que suelen ser jóvenes en edad de menstruación, apenas comen y descansan mal.
Según los lugareños, los ataques son como crisis de ansiedad agudizadas en las que una fuerza misteriosa controla a las personas afectadas, que quedan completamente desfallecidas. En ocasiones, algunas poblaciones son escenario una epidemia de grisi siknis, pudiéndose registrar hasta 300 ataques de forma simultánea. De momento, no existe una explicación científica para este fenómeno, mientras la comunidad indígena habla de "espíritus malignos" que se apropian de los cuerpos y que solo pueden conjurarse con exorcismos.