Drama personal: cómo un sintecho japonés se convirtió en rehén del Estado Islámico

Haruna Yukawa, uno de los dos rehenes nipones por los que el Estado Islámico exige del Gobierno de Japón un rescate de 200 millones de dólares, es un antiguo sintecho que viajó a Siria para tratar de encontrar el sentido de su vida tras perderlo todo.

El nombre de uno de los japoneses que aparecen en el video difundido por el EI, Haruna Yukawa, indica que se trata del hombre secuestrado por los yihadistas el pasado agosto. Entonces la agencia Reuters le dedicó un artículo. Yukawa eligió Siria como el destino donde podría encontrarse a sí mismo.

La vida de este japonés no ha sido fácil: en 2005 su empresa quebró, él perdió la casa y durante un mes durmió en un parque de Tokio. En un intento de entenderse a sí mismo llegó a pensar que una princesa manchú que espió para Japón durante la Segunda Guerra Mundial se había reencarnado en él. Yukawa incluso trató de amputarse los genitales en un intento de suicidarse. Fue salvado por su esposa, que falleció dos años después víctima de un cáncer.

En 2013, su búsqueda del sentido de la vida unió a Yukawa al grupo ultranacionalista Gambare Nippon. Después se convirtió en consultor militar y fundó la empresa Private Military Company, que asesoraba a las compañías japonesas que operan en territorios de alto riesgo. Entonces Yukawa vio Siria como una oportunidad de triunfar en la vida.

El abril pasado Yukawa pidió un préstamo y llegó a la ciudad siria de Alepo, donde conoció a militantes del Ejército Libre Sirio. Con el tiempo, los combatientes del ELS incluso le presentaron sus familias y lo alojaron en sus casas. Se estableció una relación de amistad entre el japonés y los habitantes de la ciudad, que llegaron a darle un apodo árabe. Además, se encontró con Kenji Goto Jogo, el segundo rehén que aparece en el video del EI, un periodista con quién viajó en junio a Irak.

Según sus publicaciones, Yukawa por fin era feliz con lo que hacía. "Parece que los soldados del Ejército Libre de Siria están esperándome. Estoy muy feliz y también quiero verlos lo más pronto posible", escribió Yukawa en junio, cuando regresó por poco tiempo a Japón. "Quiero dedicar el resto de mi vida a los demás y salvar a mucha gente. Quiero dejar mi huella en la historia una vez más", concluyó Yukawa antes de ser capturado por el Estado Islámico.