El informe de Human Rights Watch es el resultado de una investigación de 18 meses y revela que tanto hombres como mujeres militares que denuncian agresiones sexuales son 12 veces más propensos a experimentar algún tipo de represalia antes que ver cómo su agresor es condenado por delito sexual.
Encuestas del Departamento de Defensa revelan que el 62 por ciento de quienes reportan una agresión sexual asegura haber sufrido represalias que van desde amenazas, vandalismo y hostigamiento a malas asignaciones de trabajo, pérdida de oportunidades de promoción, pasando por acciones disciplinarias –incluida la expulsión– e incluso cargos penales.
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Según la abogada Maribel Jarzabek, el sistema penal estadounidense debe ser modificado ya que provoca que muchas víctimas de violaciones lleguen incluso a arrepentirse de haber presentado denuncia. Los datos de la citada investigación afirman que solo el 5 por ciento de los casos de agresión sexual en el Ejército estadounidense terminan condenando al agresor.
Además, Human Rights Watch también documentó las secuelas que sufren los supervivientes que denunciaron o solicitaron asistencia para la recuperación de una agresión sexual. De acuerdo con un informe anual del Departamento de Defensa de EE.UU. 20.300 militares estadounidenses fueron agredidos sexualmente en 2014.