Sociedad
Degüellos, secuestros y extorsiones: los 'juegos' de unos 30.000 niños en México
El Ejército de México ha detenido entre 2012 y 2013 a 473 menores de edad por formar parte de bandas de narcotráfico. Pero hay muchos más, hasta 30.000, que se dedican a secuestros, extorsiones, contrabando y hasta asesinatos.
Se trata de una estimación de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados mexicana que comparte con los lectores de su blog el periodista y exfuncionario chileno Hugo Guzmán Rambaldi. De acuerdo con la información de la Red de Derechos de la Infancia de México, el promedio de edad de los 'niños sicarios' es de 13 años, agrega el autor.
Muchos de ellos drogadictos, los muchachos detenidos eran capaces de matar con arma de fuego o blanca, decapitar y transportar drogas y dinero de los cárteles. Pero la misión en la que prácticamente no encuentran competencia por parte de los adultos es la 'inteligencia', revela el bloguero. Se tienen datos de que se les paga entre 150 y 200 dólares a la semana por recopilar información de desplazamiento de la Policía, el Ejército o bandas rivales y entregarla a sus clientes.
Al cometer uno o varios crímenes los muchachos y las muchachas (61 sobre el total de detenidos) pueden ganar entre 1.000 y 3.000 dólares mensuales. Mayoritariamente son originarios de los estados pobres del país, de zonas rurales, pertenecen a ese 80% de familias pobres de México, de 110 millones de habitantes, y muchos sufren violencia intrafamiliar, abandono o incluso son huérfanos.
"Los narcos y jefes de bandas les ofrecen dinero que les permite a los menores de edad ayudar a sus familias o simplemente huir del hogar y del lugar de residencia e iniciar otra vida", relata Guzmán Rambaldi. "Un factor que influye es que, según las leyes mexicanas, un menor de edad no puede ser condenado a más de tres años de cárcel".
Precisamente esta fue la condena de Edgar Jiménez, conocido mundialmente como 'el Ponchis', por posesión de armas de fuego exclusivas del Ejército, participación en secuestros, torturas y homicidios. Los trabajos que cumplía con facilidad eran degollar y cortar los genitales a los rivales de su grupo criminal. A sus catorce años ni sabía leer cuando llegó al centro de menores del estado de Morelos en diciembre de 2010. Hace dos días fue liberado tras cumplir la pena designada.
Las cosas llegan a tal punto que nombres como el suyo, como el de sus hermanas las Chavelas, o el Cris, Gloria o Erick, ya son famosos a nivel nacional e internacional, relata el bloguero. El 70% de las detenciones de menores en los últimos años estaban relacionadas con homicidios, secuestros, tortura, tráfico de drogas, robo y lesiones graves, revelan otros datos estadísticos.
Muchos de ellos drogadictos, los muchachos detenidos eran capaces de matar con arma de fuego o blanca, decapitar y transportar drogas y dinero de los cárteles. Pero la misión en la que prácticamente no encuentran competencia por parte de los adultos es la 'inteligencia', revela el bloguero. Se tienen datos de que se les paga entre 150 y 200 dólares a la semana por recopilar información de desplazamiento de la Policía, el Ejército o bandas rivales y entregarla a sus clientes.
Los narcos les ofrecen dinero que permite a los menores ayudar a sus familias o simplemente huir del hogar e iniciar otra vida
Al cometer uno o varios crímenes los muchachos y las muchachas (61 sobre el total de detenidos) pueden ganar entre 1.000 y 3.000 dólares mensuales. Mayoritariamente son originarios de los estados pobres del país, de zonas rurales, pertenecen a ese 80% de familias pobres de México, de 110 millones de habitantes, y muchos sufren violencia intrafamiliar, abandono o incluso son huérfanos.
"Los narcos y jefes de bandas les ofrecen dinero que les permite a los menores de edad ayudar a sus familias o simplemente huir del hogar y del lugar de residencia e iniciar otra vida", relata Guzmán Rambaldi. "Un factor que influye es que, según las leyes mexicanas, un menor de edad no puede ser condenado a más de tres años de cárcel".
Precisamente esta fue la condena de Edgar Jiménez, conocido mundialmente como 'el Ponchis', por posesión de armas de fuego exclusivas del Ejército, participación en secuestros, torturas y homicidios. Los trabajos que cumplía con facilidad eran degollar y cortar los genitales a los rivales de su grupo criminal. A sus catorce años ni sabía leer cuando llegó al centro de menores del estado de Morelos en diciembre de 2010. Hace dos días fue liberado tras cumplir la pena designada.
Las cosas llegan a tal punto que nombres como el suyo, como el de sus hermanas las Chavelas, o el Cris, Gloria o Erick, ya son famosos a nivel nacional e internacional, relata el bloguero. El 70% de las detenciones de menores en los últimos años estaban relacionadas con homicidios, secuestros, tortura, tráfico de drogas, robo y lesiones graves, revelan otros datos estadísticos.
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