Sociedad
McDonald's podría pagar salarios más altos
La industria de restaurantes de comida rápida, que emplea a uno de cada 10 estadounidenses, insiste en que no puede permitirse un aumento en el salario mínimo federal, pese a que algunos estudios muestran lo contrario.
Un estudio detallado demuestra que los argumentos de la industria no se sostienen, según Bloomberg.
El presidente estadounidense Barack Obama propone subir el salario mínimo federal hasta los 10,10 dólares por hora, lo que, en definitiva, aumentará los gastos de los restaurantes, pero no está claro en qué grado.
En una entrevista que el director ejecutivo de McDonald's, Don Thompson, concedió a Bloomberg TV en junio de 2013, aseguró que la compañía siempre pagaba salarios superiores a los mínimos federales, a pesar de que la realidad es otra. No en vano, según muestran los estudios de la compañía Glassdoor, los empleados de McDonald's, como en el caso de los cajeros, cobran un promedio 7,75 dólares por hora, 50 céntimos menos que el nivel mínimo. Estudios comparativos de McDonald's con otros restaurantes de comida rápida en EE.UU. demuestran que la cadena sí que puede pagar más a los empleados y seguir sacando beneficios.
Los salarios ocupan un tercio de los gastos, pero solo 5% de los empleados de los restaurantes cobran el mínimo, mientras que el promedio que cobran los empleados oscila en torno a 9 dólares por hora, según datos de la Asociación Nacional de Restaurantes.
Representantes de la industria explican a Bloomberg que están preocupados por el aumento del salario mínimo debido al así llamado efecto cascada. Es decir, aquellos trabajadores que se encuentran más alto en la escala salarial, al ver que les suben el salario a colegas peor pagados, exigirán ellos también salarios más altos.
La asociación de restaurantes insiste en que sus clientes son sensibles a los precios, y que incluso un pequeño aumento de precios les arruinará. Los datos dicen lo contrario. La reacción de los clientes a los cambios de precios, la elasticidad precio de la demanda (EPD) es un fenómeno que se puede calcular, lo que permite ver que, en general, un aumento del 10 por ciento en los precios conduce a un descenso de la demanda de entre 6 y 11 por ciento. En otras palabras, un precio más alto podría traducirse en que los restaurantes venderán menos comida, pero en la mayoría de los casos esto no significa menos ingresos.
Además, se hace referencia al estudio llevado a cabo en 2011 por economistas estadounidenses, que demuestra que si bien la demanda de restaurantes de lujo sí es sensible a los precios, la de comida rápida no cambia tanto.
El presidente estadounidense Barack Obama propone subir el salario mínimo federal hasta los 10,10 dólares por hora, lo que, en definitiva, aumentará los gastos de los restaurantes, pero no está claro en qué grado.
En una entrevista que el director ejecutivo de McDonald's, Don Thompson, concedió a Bloomberg TV en junio de 2013, aseguró que la compañía siempre pagaba salarios superiores a los mínimos federales, a pesar de que la realidad es otra. No en vano, según muestran los estudios de la compañía Glassdoor, los empleados de McDonald's, como en el caso de los cajeros, cobran un promedio 7,75 dólares por hora, 50 céntimos menos que el nivel mínimo. Estudios comparativos de McDonald's con otros restaurantes de comida rápida en EE.UU. demuestran que la cadena sí que puede pagar más a los empleados y seguir sacando beneficios.
Los salarios ocupan un tercio de los gastos, pero solo 5% de los empleados de los restaurantes cobran el mínimo, mientras que el promedio que cobran los empleados oscila en torno a 9 dólares por hora, según datos de la Asociación Nacional de Restaurantes.
Representantes de la industria explican a Bloomberg que están preocupados por el aumento del salario mínimo debido al así llamado efecto cascada. Es decir, aquellos trabajadores que se encuentran más alto en la escala salarial, al ver que les suben el salario a colegas peor pagados, exigirán ellos también salarios más altos.
La asociación de restaurantes insiste en que sus clientes son sensibles a los precios, y que incluso un pequeño aumento de precios les arruinará. Los datos dicen lo contrario. La reacción de los clientes a los cambios de precios, la elasticidad precio de la demanda (EPD) es un fenómeno que se puede calcular, lo que permite ver que, en general, un aumento del 10 por ciento en los precios conduce a un descenso de la demanda de entre 6 y 11 por ciento. En otras palabras, un precio más alto podría traducirse en que los restaurantes venderán menos comida, pero en la mayoría de los casos esto no significa menos ingresos.
Además, se hace referencia al estudio llevado a cabo en 2011 por economistas estadounidenses, que demuestra que si bien la demanda de restaurantes de lujo sí es sensible a los precios, la de comida rápida no cambia tanto.
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