Sociedad
¿Por qué tantos estadounidenses tratan de colarse en Corea del Norte?
A pesar de que cada vez es más fácil visitar Corea del Norte como turista, en los últimos años no disminuye el número de estadounidenses que intentan entrar ilegalmente al país. ¿Cuál es la razón de ello?
El portal Business Insider destaca, entre varios motivos, las convicciones religiosas proselitistas, el descontento con Estados Unidos o la creencia de que todo será distinto en un país que puede parecer drásticamente diferente. Muy a menudo también, dicen los analistas, esos intentos se deben a problemas mentales o personales.
Durante la Guerra Fría varios soldados norteamericanos huyeron a Corea del Norte a través de la zona desmilitarizada y más tarde aparecieron en películas de propaganda norcoreana. Algunos de ellos tenían conflictos en sus unidades militares o problemas personales. Según informes, uno fue atraído al Norte por una agente norcoreana.
En las décadas posteriores a la guerra, algunos estadounidenses tenían un "concepto glamuroso de Corea del Norte como paraíso socialista", explica John Delury, profesor de la Universidad de Yonsei, en Corea del Sur, pero asegura que actualmente ya no es así.
A su juicio, los problemas de salud mental tendrían algo que ver en algunos casos. Delury explica que Corea del Norte es visto "como un país prohibido", por lo que, agrega, "cruzar la frontera, en cierto modo, podría resultar atractivo" para las personas que buscan romper las reglas sociales.
Corea del Norte garantiza oficialmente la libertad de religión, pero analistas y desertores aseguran lo contrario. "Es una de las últimas fronteras para difundir la fe cristiana, por lo que hay personas que tomarían riesgos inimaginables" para evangelizar en ese país, opina Delury.
Este martes un estadounidense de unos 30 años fue detenido mientras intentaba cruzar a nado un río que marca la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte. La semana pasada el turista estadounidense Matthew Miller fue condenado a seis años en un campamento de trabajos forzados por penetrar en el país de manera ilegal.
También se prevé un juicio para Jeffrey Fowle, quien entró a Corea del Norte como turista pero fue arrestado en mayo por dejar una Biblia en un club provincial. Otro estadounidense, Kenneth Bae, está cumpliendo una sentencia de 15 años de cárcel por supuestos "actos hostiles".
Durante la Guerra Fría varios soldados norteamericanos huyeron a Corea del Norte a través de la zona desmilitarizada y más tarde aparecieron en películas de propaganda norcoreana. Algunos de ellos tenían conflictos en sus unidades militares o problemas personales. Según informes, uno fue atraído al Norte por una agente norcoreana.
Cruzar la frontera, en cierto modo, podría resultar atractivo para las personas que buscan romper las reglas sociales
En las décadas posteriores a la guerra, algunos estadounidenses tenían un "concepto glamuroso de Corea del Norte como paraíso socialista", explica John Delury, profesor de la Universidad de Yonsei, en Corea del Sur, pero asegura que actualmente ya no es así.
A su juicio, los problemas de salud mental tendrían algo que ver en algunos casos. Delury explica que Corea del Norte es visto "como un país prohibido", por lo que, agrega, "cruzar la frontera, en cierto modo, podría resultar atractivo" para las personas que buscan romper las reglas sociales.
Corea del Norte garantiza oficialmente la libertad de religión, pero analistas y desertores aseguran lo contrario. "Es una de las últimas fronteras para difundir la fe cristiana, por lo que hay personas que tomarían riesgos inimaginables" para evangelizar en ese país, opina Delury.
Este martes un estadounidense de unos 30 años fue detenido mientras intentaba cruzar a nado un río que marca la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte. La semana pasada el turista estadounidense Matthew Miller fue condenado a seis años en un campamento de trabajos forzados por penetrar en el país de manera ilegal.
También se prevé un juicio para Jeffrey Fowle, quien entró a Corea del Norte como turista pero fue arrestado en mayo por dejar una Biblia en un club provincial. Otro estadounidense, Kenneth Bae, está cumpliendo una sentencia de 15 años de cárcel por supuestos "actos hostiles".
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