Sociedad
Las aguas contaminadas afectan la salud de varias generaciones en Tailandia
En Tailandia algunas pequeñas localidades están luchando desde hace años para recuperarse de los efectos de la contaminación de las aguas provocada por las fugas de empresas mineras.
Los habitantes del pueblo tailandés de Klity Lang siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación de un riachuelo local originada por las fugas de una empresa minera, informa aljazeera.com.
La empresa fue obligada a cerrar hace 16 años, pero la polución en el lecho del arroyo nunca fue completamente erradicada.
Más de 300 habitantes de Klity Lang sufren graves problemas de salud debido a las malas condiciones medioambientales. Un ejemplo es el caso de Ma Ong-Seng, que con solo 50 años ha quedado completamente ciega. "Mis dos hijos eran muy pequeños y ya tenían que ayudarme en todo", cuenta la mujer. Muchos de sus vecinos, algunos de ellos niños, se han convertido en discapacitados.
La Corte Suprema tailandesa ordenó al departamento estatal de control de la contaminación establecer un plan de rehabilitación para los residentes de Klity Lang, así como para la zona contaminada. Sin embargo, el proyecto nunca se ha puesto en marcha.
En Ban Mae Toen, otra pequeña localidad del noroeste de Tailandia, debido a la falta de fuentes de agua los habitantes se vieron obligados durante años a beber agua de un lago contaminado formado en el antiguo emplazamiento de una mina de fluoruro, cerrada desde hace 40 años. Las consecuencias para la salud de la población siguen hoy estando presentes.
El agua ha tenido unas consecuencias desastrosas para la salud de la población. Los niños sufren daños cerebrales, sordomudez, o desarrollo cerebral lento. Las personas adultas, sobre todo las mujeres, tienen las glándulas tiroides del cuello aumentadas de tamaño, al igual que sus padres.
Según un informe de 2007 de la Universidad australiana de Tasmania, el 11,2 % de la población de esta localidad tenía bultos en el cuello similares al de Da. Una gran parte del resto de los habitantes sufrían otro tipo de síntomas. Por ejemplo, uno de cada tres hombres y dos de cada tres mujeres mayores de 45 años presentaban algún tipo de deformidad en sus extremidades.
Para ayudar a solucionar el problema, en 2003, el Rotary Club of D'Entracasteaux de Tasmania, en Australia, introdujo el suministro de agua desde los depósitos, y abasteció a los habitantes con recipientes que almacenaban el agua de la lluvia. Oficialmente, ahora ya nadie bebe del lago. No obstante, hay quienes sostienen que el suministro de agua puede seguir siendo insuficiente en las temporadas secas.
Más de 300 habitantes de Klity Lang sufren graves problemas de salud debido a las malas condiciones medioambientales. Un ejemplo es el caso de Ma Ong-Seng, que con solo 50 años ha quedado completamente ciega. "Mis dos hijos eran muy pequeños y ya tenían que ayudarme en todo", cuenta la mujer. Muchos de sus vecinos, algunos de ellos niños, se han convertido en discapacitados.
La Corte Suprema tailandesa ordenó al departamento estatal de control de la contaminación establecer un plan de rehabilitación para los residentes de Klity Lang, así como para la zona contaminada. Sin embargo, el proyecto nunca se ha puesto en marcha.
En Ban Mae Toen, otra pequeña localidad del noroeste de Tailandia, debido a la falta de fuentes de agua los habitantes se vieron obligados durante años a beber agua de un lago contaminado formado en el antiguo emplazamiento de una mina de fluoruro, cerrada desde hace 40 años. Las consecuencias para la salud de la población siguen hoy estando presentes.
El agua ha tenido unas consecuencias desastrosas para la salud de la población. Los niños sufren daños cerebrales, sordomudez, o desarrollo cerebral lento. Las personas adultas, sobre todo las mujeres, tienen las glándulas tiroides del cuello aumentadas de tamaño, al igual que sus padres.
Según un informe de 2007 de la Universidad australiana de Tasmania, el 11,2 % de la población de esta localidad tenía bultos en el cuello similares al de Da. Una gran parte del resto de los habitantes sufrían otro tipo de síntomas. Por ejemplo, uno de cada tres hombres y dos de cada tres mujeres mayores de 45 años presentaban algún tipo de deformidad en sus extremidades.
Para ayudar a solucionar el problema, en 2003, el Rotary Club of D'Entracasteaux de Tasmania, en Australia, introdujo el suministro de agua desde los depósitos, y abasteció a los habitantes con recipientes que almacenaban el agua de la lluvia. Oficialmente, ahora ya nadie bebe del lago. No obstante, hay quienes sostienen que el suministro de agua puede seguir siendo insuficiente en las temporadas secas.
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