Un muñeco de tela ayudó a sobrevivir al rehén de las FARC Solórzano

El mayor de la Policía de Colombia Guillermo Solórzano, liberado por las FARC este miércoles tras más de tres años y medio de cautiverio, confesó que creó un muñeco de trapo para hablarle, combatiendo así la dureza del secuestro y la soledad.

Solórzano fabricó el muñeco a partir de pedazos de tela de su uniforme y le dibujó una cara triste y cadenas en el cuello. Apodó al muñeco 'Rodolfito', en memoria de un amigo imaginario que tenía su hija Sofía. Dice que se inspiró en la película 'Náufrago', de Tom Hanks, en la que el protagonista hablaba con un balón.

"Era una estrategia para mantener la mente tranquila. Era un muñeco acompañante, solo para ver otra persona. Al principio ni yo mismo me lo creía porque decía: 'esto es un muñeco', pero seguía insistiendo y ahí jugábamos parqués, orábamos, escuchábamos radio, me abrazaba cuando escuchaba los mensajes de mi familia", declaró Solórzano.

Tras un intento de fuga, los guerrilleros de las FARC le pusieron cadenas en el tobillo y en el cuello a Solórzano. Además, siempre le vigilaban cuatro guardias. Le prohibieron hablar con otros rehenes como forma de castigo. Pero al comunicarse con 'Rodolfito', el mayor pudo mantenerse bien psicológicamente y sentir que había otra persona en sus mismas condiciones que lo entendía.

"Bueno Rodolfo nos tocó marchar", le decía Solórzano cuando los insurgentes se lo llevaban en largas caminatas a los campamentos de las FARC en diferentes puntos del país. Le decía al muñeco que ambos iban a salir del cautiverio y le presentaría a su familia. Pero una semana antes de su liberación los guerrilleros intentaron quitarle el muñeco, por lo que el policía decidió destruirlo.

"Entonces al momento de destruirlo le dije: Rodolfo, te transformas en otra cosa, pasa tu espíritu a la cruz que tengo colgada y como es un personaje imaginario, nuevamente está conmigo", dijo.

Solórzano contó que el día más feliz de su cautiverio fue cuando llegó al campamento donde estaba el cabo del Ejército Salín Antonio Sanmiguel Valderrama, de 27 años, cautivo desde mayo de 2008. "Era otro ser humano, igual que yo, del mismo equipo, quería abrazarlo", aseguró. Los dos fueron liberados el mismo día.

Solórzano y Sanmiguel forman parte de un grupo de seis rehenes que las FARC liberaron entre el 9 y 16 de febrero, y cuya entrega se hizo en una zona del suroeste del país a una comisión humanitaria encabezada por la exsenadora Piedad Córdoba.

Actualmente, las FARC siguen manteniendo cautivos al menos a 16 policías y militares, que podrían ser canjeados por sus guerrilleros encarcelados, y a cerca de un centenar de civiles secuestrados por motivos económicos.