Robot controlado desde hogar permite a niños enfermos sentirse como en clase

Los niños enfermos que no pueden ir a la escuela ahora tienen la oportunidad de asistir a clases como cualquier alumno gracias a un invento de  unos científicos rusos. Un robot está controlado por el usuario desde su hogar y le permite una interacción virtual con sus compañeros y profesores.

En lo que podría ser una clase normal hay una importante diferencia: Stepán no se encuentra en esta sala y tampoco en la escuela: desde que sufre leucocitosis no puede salir de casa. Eso significaría un riesgo de enfermedad. De todos modos, Stepán no está perdiendo ni un minuto de su lección de inglés.

A través de un moderno sistema, cuya parte principal es un robot, el pequeño Stepán no solamente puede aprender las materias escolares. También puede socializar con sus compañeros y sentir que no se encuentra lejos de todos sus amigos.

El robot forma parte de un proyecto que busca desarrollar un sistema que permita a quienes no pueden asistir a la escuela estar presentes como cualquier alumno en el aula. Para ese fin el robot es controlado por el usuario desde su hogar, lo que le permite un grado de interacción que ningún otro sistema de este tipo ofrece.

“El robot oye, habla y ve prácticamente todo. Se desplaza con normalidad y con los movimientos de su cabeza realiza la misma función que haría concentrándose en el interlocutor. En definitiva, repite casi todo lo que hace una persona real”, relató Viacheslav Kravtsov, jefe de los proyectos de la empresa RBOT.

Para Stepán el proyecto le ha permitido aproximarse a una vida normal.

“Ahora puedo participar en las clases a las que antes no podía asistir”, dijo el joven desde la pantalla colocada en el robot.

En el marco del proyecto este particular estudiante a distancia hace observaciones a los técnicos para que mejoren el autómata, se siente entusiasmado con ser parte de este experimento. Pero para su madre, las prestaciones del robot hacen que adquiera un valor que trasciende lo educacional.

“Claro que es relevante para su educación, pero es más importante cómo lo ha ayudado psicológicamente y en su socialización. Eso es muy importante para un niño. También asistir a clase de forma virtual, escuchar al profesor, ver todos los detalles, todo eso es muy importante”, opinó Nina Sópina, la madre de Stepán.

Los compañeros y profesores de esta escuela también han aprovechado la presencia de este particular alumno. Reconocen que es un elemento que permite a Stepán integrarse casi con normalidad en su grupo.
 
“Los niños tratan al robot con simpatía y respeto. Naturalmente les llama mucho la atención y también los ayuda mucho para comunicarse con Stepán, muchos no pueden visitarlo por el riesgo de contagio de alguna enfermedad, y esa comunicación que se mantiene a través del robot hace que los niños estén alegres”, relató la profesora Ala Guevak.

Aunque tiene poco más de un metro de altura, la contribución que el RBOT-100 puede hacer a la vida de las personas con dificultades de desplazamiento es enorme. Sus creadores aún trabajan en la fase de prototipo pero esperan introducir las mejoras necesarias para su comercialización. Avances en los que serán importantes las observaciones que haga el pequeño Stepán.