El Vaticano llamó a los obispos de todo el mundo a unificar reglas contra la pedofilia
La Santa Sede instó a que los obispos de todo el mundo den un trato prioritario a la lucha contra el abuso sexual, en una carta que marcó el esfuerzo que realiza el Vaticano para demostrar que está tomando pasos serios para acabar con la pedofilia entre el clero.
La sugerencia sobre las reglas necesarias fue enviada desde Roma en una misiva, por lo que los sacerdotes tienen un año para aceptar las proposiciones de la Iglesia Católica Apostólica Romana o presentar sus enmiendas a las sugerencias anunciadas.
La carta elaborada y enviada por la Congregación para la Doctrina de la Fe subraya la importancia de recordar que el abuso sexual no constituye tan solo una infracción de las normas eclesiásticas, sino también un crimen, cuya sanción está prevista por las leyes civiles.
Además el Vaticano destacó que todos los representantes del clero de cualquier país deberían cooperar de manera más estrecha con las autoridades civiles y la policía de acuerdo con las exigencias tanto de la legislación civil sobre estos crímenes como de las autoridades competentes.
La Iglesia y los obispos también deben demostrar su disposición a “escuchar a las víctimas (de abusos sexuales) y a los miembros de sus familias” y proporcionarles ayuda espiritual.
“Creo que es un paso adelante”, dijo Nicolás Cafardi, antiguo presidente del Consejo de los obispos de EE. UU. sobre la protección de la infancia, y que participó en la redacción de dicha normativa en EE. UU. El canonista consideró que los abusos sexuales son un problema universal y que requieren una respuesta global por parte de los obispos.
La orden del Vaticano es emitida en momentos en que la Iglesia católica está seriamente afectada por una ola de escándalos que se desataron a finales del 2009 en Irlanda, cuando fueron presentadas numerosas acusaciones contra un centenar de sacerdotes, muchos de los cuales admitieron posteriormente su culpabilidad.
Estas acusaciones fueron seguidas por denuncias similares en países europeos como Alemania, Austria, Italia y Holanda, entre otros. En Bélgica, por ejemplo, salió a la luz que centenares de personas habían sido víctimas de aberrantes abusos sexuales por parte de sacerdotes, 13 de las cuales se suicidaron por ese motivo. Previamente también se habían producido casos similiares en Estados Unidos y en América Latina.