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Fe sin límites: Una anciana invidente de 110 años peregrina a La Meca

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Ni su ceguera, ni su edad detuvieron a una mujer de la república rusa de Osetia del Norte para viajar a La Meca. La peregrina emprendió una travesía que duro 40 horas en avión y en autobús.
Fe sin límites: Una anciana invidente de 110 años peregrina a La Meca

Ni su ceguera, ni su edad detuvieron a una mujer de la república rusa de Osetia del Norte para viajar a La Meca. La peregrina emprendió una travesía que duro 40 horas en avión y en autobús.

Un fervoroso deseo

Madinat Djadzíeva tiene 110 años. Su avanzada edad siempre ha sido motivo de respeto para los habitantes de una pequeña localidad de la república rusa de Osetia del Norte, donde ella vive.

Ha sobrevivido a las represiones de 1940; al hambre en Kazajistán, cuando trabajaba en los campos de algodón; y a las duras labores al regresar a Rusia para construir los poblados en esta zona del Cáucaso. Pero durante todos estos años ha conservado vivo su sueño: peregrinar a La Meca.

Su nieto relata que durante años la ha escuchado hablar de ello cada día. “Yo tenía miedo de que el viaje fuera demasiado pesado. Pero al mismo tiempo era consciente de cuán importante era para mi abuela. Así que un día decidí que debíamos realizarlo”, relata el joven.

Sacrificio necesario

El Hajj es la mayor peregrinación anual en el mundo. Se considera que cada creyente musulmán tiene que realizarlo por lo menos una vez en su vida y esta ocurre del 8 al 12 del último mes del calendario islámico. Para Madinat cumplir con esto esra tan importante que no la detuvo ni siquiera su ceguera ni la edad.

“Hice muchas cosas en mi vida. Esta casa donde vivo la construí yo misma. Nunca he pedido nada en especial para mí, sólo que me ayuden a realizar el Hajj”, dice.

Los preparativos

Sus numerosos familiares, entre los que hay 4 hijos y 30 nietos y bisnietos, no creían que pudiera lograrlo. Pero su nieto Magomed y su esposa empezaron a preparar el viaje.

Primero volaron a Jordania y de allí viajaron 36 horas en autobús hasta Medina, donde se reunieron con los miles de peregrinos que llegan a La Meca para probar su fe. Una odisea para cualquiera y mucho más para esta mujer que nació hace más de un siglo.

Ahora casi todo el mundo conoce a Madinat en Osetia del Norte. Su fe no sólo la ayudó a cumplir su anhelo, sino a probar que siempre habrá un camino para realizar los sueños, por muy inalcanzables que parezcan.

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