Sociedad
Indignados del 15-M: "El pueblo debe ser rescatado y los banqueros desahuciados”
Los activistas del 15-M rechazan rotundamente la iniciativa de otorgar ayuda financiera la banca española. Afirman que el pueblo es el que debe ser rescatado y que los banqueros deberían ser "desahuciados".
Tan solo una semana después del anuncio de que España recibirá un préstamo que podría alcanzar hasta 100.000 millones de euros que dedicará al saneamiento de las entidades financieras que lo requieran, los indignados del 15-M organizaron una marcha bajo el lema 'Rescatemos personas, desahuciemos banqueros', en el que los participantes gritaron: “Manos arriba, esto es un atraco”.
A pesar de que este movimiento tiene poco más de un año, los indignados del 15-M continúan luchando por conseguir un nuevo modelo económico, político y social e insisten que no se rendirán.
En 2011, el movimiento asambleario logró movilizar a gente que nunca antes había salido a las calles a protestar, aunque, como señala el catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública Víctor Sampedro, la potente desafección hacia los partidos políticos ya se venía notando en las redes sociales desde 2008.
Un año después de su creación, el movimiento continúa tomando protagonismo en los medios y denunciando de forma activa que las estructuras políticas están controladas por los mercados.
En una de sus últimas manifestaciones, llevada a cabo a comienzos de junio, los 'indignados' españoles expresaron su rechazo a las políticas gubernamentales que no consiguen aplacar la crisis, así como al rescate financiero a España con pancartas donde se leía: "Ni en Grecia ni en Madrid ¡Esta deuda no la pagamos!".
Los integrantes del movimiento insisten en que en él no hay representantes ni líderes. Se mueve de manera horizontal. Sus acciones se cocinan semanalmente en asambleas y se basa en el consenso, un hecho que caracteriza al movimiento.
“El nivel de consenso que tiene el 15-M no lo tiene ningún otro de los movimientos paralelos en el mundo. Es muy superior a ellos”, le dijo Sampedro a RT.
Según las encuestas, siete de cada 10 españoles apoya o está de acuerdo con el movimiento. Sin embargo, hay quienes critican la falta de implicación en la política y quienes temen que si no se le da continuidad el 15-M acabará por disolverse.
Los participantes aseguran que no quieren pasar a la política partidaria, ya que es un trabajo que, según ellos, no les corresponde y que tampoco pretenden hacer.
“El auténtico éxito del movimiento está en el tejido social que estamos construyendo, en la toma de conciencia, en el empoderamiento”, señala otro de los “indignados” del movimiento, Fernando Karaza.
A pesar de que este movimiento tiene poco más de un año, los indignados del 15-M continúan luchando por conseguir un nuevo modelo económico, político y social e insisten que no se rendirán.
En 2011, el movimiento asambleario logró movilizar a gente que nunca antes había salido a las calles a protestar, aunque, como señala el catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública Víctor Sampedro, la potente desafección hacia los partidos políticos ya se venía notando en las redes sociales desde 2008.
Un año después de su creación, el movimiento continúa tomando protagonismo en los medios y denunciando de forma activa que las estructuras políticas están controladas por los mercados.
En una de sus últimas manifestaciones, llevada a cabo a comienzos de junio, los 'indignados' españoles expresaron su rechazo a las políticas gubernamentales que no consiguen aplacar la crisis, así como al rescate financiero a España con pancartas donde se leía: "Ni en Grecia ni en Madrid ¡Esta deuda no la pagamos!".
Los integrantes del movimiento insisten en que en él no hay representantes ni líderes. Se mueve de manera horizontal. Sus acciones se cocinan semanalmente en asambleas y se basa en el consenso, un hecho que caracteriza al movimiento.
“El nivel de consenso que tiene el 15-M no lo tiene ningún otro de los movimientos paralelos en el mundo. Es muy superior a ellos”, le dijo Sampedro a RT.
Según las encuestas, siete de cada 10 españoles apoya o está de acuerdo con el movimiento. Sin embargo, hay quienes critican la falta de implicación en la política y quienes temen que si no se le da continuidad el 15-M acabará por disolverse.
Los participantes aseguran que no quieren pasar a la política partidaria, ya que es un trabajo que, según ellos, no les corresponde y que tampoco pretenden hacer.
“El auténtico éxito del movimiento está en el tejido social que estamos construyendo, en la toma de conciencia, en el empoderamiento”, señala otro de los “indignados” del movimiento, Fernando Karaza.
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