Sociedad
Una mujer argentina da a luz después de una operación de trasplante cardiaco
Juliana Ginondo, una mujer argentina con un trasplante cardiaco, dio a luz a su hija Emilia, el primer caso en la historia de la medicina.
La mujer se quedó embarazada por fecundación in vitro y la niña nació absolutamente sana. Este caso abre nuevos horizontes para mujeres cuya fertilidad se ve gravemente afectada por medicación.
"No se registran antecedentes en el mundo de una paciente trasplantada que haya logrado un embarazo por fertilización in vitro", dijo Gustavo Leguizamón, médico jefe del hospital de Buenos Aires en el que se encontraba la mujer.
Juliana tomó la decisión de someterse a la fecundación in vitro después de casi dos años de intentos fracasados de concebir por vía natural. "Nunca tuve miedo, quizás soy muy optimista, confié", recuerda la mujer.
Los inmunosupresores, medicamentos que las pacientes trasplantadas deben tomar para garantizar la convivencia con su nuevo órgano y que no haya rechazo, actúan impidiendo el desarrollo de nuevas células de rápido crecimiento, incluyendo las que son necesarias para el embarazo.
A pesar de que pasaron 13 años de la operación de trasplante cardiaco, el embarazo supuso un considerable riesgo para la salud de Juliana ya que el aumento del volumen de la sangre podía provocar tanto el rechazo del órgano, como la falta de suficiente suministro de sangre al feto.
El caso de Juliana Finondo muestra cómo los avances médicos permiten cada día más que los que sufren enfermedades graves lleven una vida sin tantas limitaciones.
Nunca tuve miedo, quizás soy muy optimista, confié"
"No se registran antecedentes en el mundo de una paciente trasplantada que haya logrado un embarazo por fertilización in vitro", dijo Gustavo Leguizamón, médico jefe del hospital de Buenos Aires en el que se encontraba la mujer.
Juliana tomó la decisión de someterse a la fecundación in vitro después de casi dos años de intentos fracasados de concebir por vía natural. "Nunca tuve miedo, quizás soy muy optimista, confié", recuerda la mujer.
Los inmunosupresores, medicamentos que las pacientes trasplantadas deben tomar para garantizar la convivencia con su nuevo órgano y que no haya rechazo, actúan impidiendo el desarrollo de nuevas células de rápido crecimiento, incluyendo las que son necesarias para el embarazo.
A pesar de que pasaron 13 años de la operación de trasplante cardiaco, el embarazo supuso un considerable riesgo para la salud de Juliana ya que el aumento del volumen de la sangre podía provocar tanto el rechazo del órgano, como la falta de suficiente suministro de sangre al feto.
El caso de Juliana Finondo muestra cómo los avances médicos permiten cada día más que los que sufren enfermedades graves lleven una vida sin tantas limitaciones.
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