Pablo Garcete, de 71 años, se ha crucificado frente a la Embajada de Brasil en Paraguay para reclamar un pago de forma retroactiva a la empresa paraguayo-brasileña Itaipú, informa Univision.
Garcete se une así a otras cuatro personas que exigen sus derechos laborales clavadas a un madero desde mediados de diciembre. Los exempleados afirman que les correspondían beneficios por alimentación, antigüedad laboral y productividad que solo recibieron los obreros brasileños.
Ex-funcionários da Usina de Itaipu se crucificam em frente à embaixada do Brasil no Paraguai //t.co/nuKg9vew2Hpic.twitter.com/HFt3MxItUX"— PAULO QUARESMA (@pauloquaresma2) November 13, 2014