El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, elegido hace tres meses para sacar el organismo deportivo del peor escándalo de su historia, ha rechazado y tachado de "estúpidos" los intentos de representarlo como un personaje avaro y corrupto. Según lo cita el diario 'Le Matin', atribuyó a sus "enemigos" dentro y fuera del organismo la última serie de insinuaciones.
En declaraciones al diario suizo, ha asegurado que su contrato todavía está siendo negociado y, una vez firmado, será lo bastante transparente para que el público vea que su salario anual es inferior a los 2 millones de dólares que citaron algunos medios. "No he robado nada y todo lo que he ganado en mi vida ha sido gracias al trabajo", ha agregado.