Para sorpresa de los biólogos, en América del Sur ha salido a flote una nueva especie, o quizá varias, de arapaima, uno de los peces más grandes y misteriosos del mundo, informa la revista 'National Geographic'.
Un grupo de científicos norteamericanos liderado por Donald Stewart, profesor de biología del Colegio de Ciencia Medioambiental y Forestal de Nueva York, ha descubierto sólidas pruebas genéticas de la existencia de una especie desconocida de arapaima en varios lugares del sudoeste de Guyana.
Estos peces gigantes, de cuerpo alargado y ancha, conocidos también como pirarucú o paiche, habitan en los trópicos de América del Sur y se encuentran en peligro de extinción. Miden hasta tres metros de largo y pesan más de 200 kilos. Viven en remansos y altamente dependen del oxígeno de la superficie.
Tras estudiar centenares de ejemplares en el río Esequibo y el Branco, el último parte del sistema del Amazonas, el grupo de científicos descubrió que se trata de dos grupos de peces con marcadores genéticos distintos.
Los marcadores indican que los dos grupos no se han cruzado desde hace mucho y que son tan diferentes que representan especies distintas. Al menos una de ellas es nueva para la ciencia, según explicó Stewart.
¿Especies o variedades?
El arapaima ha sido durante mucho tiempo un género mal estudiado, debido, en parte, a lo difícil que resulta su pesca y porque habita zonas remotas. Los científicos de principios y mediados del siglo XIX creían que había varias especies de este pez en el Amazonas, hasta que un biólogo británico publicó un informe en 1868 argumentando la existencia de variedades regionales de una única especie.
Esta idea estuvo vigente hasta el año 2013, cuando el mismo Stewart publicó un estudio que probó la existencia de otra especie llamada Arapaima leptosoma, además de la histórica Arapaima arapaima.
Al género se añadiría hora una más, o incluso dos. De hecho, Stewart cree que "habrá muchas más" antes de que concluyan el trabajo.
Peligro de extinción
Captura predilecta de varios pueblos indígenas, algunos de los cuales lo usaron para fines ceremoniales, el arapaima está en peligro de extinción debido a la contaminación de su hábitat así como a los siglos de pesca excesiva. Aunque en 2002 se introdujo una moratoria sobre su captura, la pesca furtiva continúa.
Los científicos creen que, probablemente, unas 5.000 arapaimas habitan el Esequibo, lo que representa un aumento respecto a los cerca de 800 que había en 2012. No obstante, se desconoce de cuántos ejemplares consta cada especie.