El gasoducto arranca a orillas del Mar Negro, en la estación de comprensión de gas ubicada en la localidad rusa de Anapa.
Desde allí un tramo de cerca de 900 kilómetros pasará por el fondo del mar con destino a las costas de Turquía. Finalmente, terminará en la frontera con Grecia.
Todo con el objetivo de evitar el tránsito por el territorio de Ucrania.
La capacidad se prevé en 31.500 millones de metros cúbicos de gas al año.
De esta cantidad, Turquía se quedará con la mitad para su uso interno y el resto irá a los consumidores europeos. Cuando se firmó el acuerdo previo en 2014, se estimó que la infraestructura estaría operativa para el año 2019.