Un nuevo sistema de la NASA nos dará 5 días para prepararnos antes de una colisión apocalíptica
La NASA ha desarrollado un nuevo sistema conocido como Scout, para la identificación de los objetos extraterrestres cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés). Según el artículo publicado por el portal especializado Universe Today, el nuevo dispositivo está diseñado para detectar con 5 días de antelación asteroides que se dirigen a la Tierra.
Según el artículo, se trata de un tiempo mucho mayor a las pocas horas que manejan los sistemas en la actualidad y es suficiente como para realizar los preparativos que permitan afrontar una inminente catástrofe, como la movilización de recursos, la protección de infraestructura crítica —como por ejemplo, desactivar centrales nucleares— y por supuesto, la evacuación de personas.
El sistema Scout ha pasado exitosamente una prueba de identificación, al detectar el asteroide UR36, de unos 25 metros de longitud que se dirige hacia nosotros, pero que pasará a 498.000 kilómetros de la Tierra. Sin embargo, no todos los objetos extraterrestres corren esta suerte. Uno de estos sistemas hubiera sido muy útil en 2013, cuando un meteorito cayó en la provincia rusa de Cheliábinsk y produjo múltiples daños materiales e hirió a más de 1.200 personas.
Un arduo trabajo de 'defensa espacial'
El sistema incluye el Telescopio Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida (Pan-STARRS) ubicado en Hawái, que detecta los objetos celestes aproximándose a nuestro planeta y lanza la señal de alarma, que es posteriormente procesada por el módulo principal del dispositivo.
En total, la NASA analiza cerca de 15.000 NEOs detectados en los últimos años y esta cuenta aumenta en unos 5 objetos cada día. De ellos, más de 600 son catalogados como cuerpos de gran tamaño dirigiéndose a la Tierra, aunque se cree que existen muchos más en el espacio exterior.
Por ello, además del Scout, la NASA maneja en forma paralela otros sistemas para el análisis de los asteroides. Así, por ejemplo, el sistema Sentry se enfoca en el análisis de objetos celestes mayores a los 140 metros, que podrían chocar contra la Tierra y causar grandes olas de destrucción. Estos sistemas nos permitirán prepararnos de mejor forma y aumentar considerablemente las posibilidades de sobrevivir a una posible colisión.