Alianza inesperada: ¿Qué une a EE.UU., Turquía e Irán?
Durante los últimos años, Oriente Medio ha sido escenario de revoluciones, guerras civiles y desaparición de países enteros, y una de las consecuencias de esta cambiante situación ha sido la formación de "alianzas inesperadas e incluso paradójicas", escribe el experto en su nuevo artículo para el diario ruso 'Kommersant'.
En su opinión, la que más importancia tendrá para el futuro de la zona será "la Triple Alianza entre Ankara, Washington y Teherán".
De hecho, afirma el analista, su influencia en la región ya se ha manifestado, entre otras cosas, en la creciente cooperación entre Arabia Saudita e Israel.
"El peligro principal para la Triple Alianza no viene de fuera, sino de las fuerzas internas", señala el experto, explicando que en EE.UU., una parte de la élite sigue considerando a Irán como una amenaza a la política de Washington, mientras que Teherán y Ankara son rivales históricos por el liderazgo en Oriente Medio.
"La eficacia de la nueva Triple Alianza puede ponerse a prueba ya en Siria", opina el analista, argumentando que, mientras que ninguno de los actores puede conseguir el control sobre el país por separado, su división y el establecimiento de esferas de influencia parece más real.
"Los turcos y sus aliados toman el control de la parte norte del país y Alepo, y la coalición iraní obtiene el sur del país con Damasco", mientras que Washington logra una victoria fácil y significativa sobre el Estado Islámico y, de paso, pone a prueba a sus aliados "en la reconstrucción de un nuevo Gran Oriente Medio", explica el analista.
Razones para la creación de la alianza
A juicio de Sultánov, hay toda una serie de razones, tanto políticas como económicas, para la creación de dicha alianza.
El peligro principal para la Triple Alianza no viene de fuera, sino de las fuerzas internas
Así, para Ankara y Teherán es importante en el contexto de su problema común: los kurdos, ya que la perspectiva de la creación de un Kurdistán unido se hace cada vez más real, y ya no se trata de los territorios sirios e iraquíes, sino de una amenaza de desintegración para Turquía e Irán.
Por lo tanto, la división de Siria, y en el futuro, de Irak, entre Ankara y Teherán les permitiría resolver el problema kurdo.
Washington, a su vez, es el líder de la alianza, que, por un lado, controla las posibles contradicciones entre Ankara y Teherán, y por el otro, tiene las herramientas de presión sobre los dos, detalla el experto.
Turquía y el 'plan B' de Erdogan
Al mismo tiempo, prosigue Sultánov, "la política de la Triple Alianza en Siria e Irak permite a Recep Erdogan resolver sus problemas domésticos".
Según el analista, el actual presidente turco tenía un plan alternativo en caso de una derrota en las elecciones parlamentarias.
Siendo parte de la Triple Alianza, Ankara alcanza uno de sus objetivos estratégicos en el ámbito de la política energética
La idea es que, "en medio de una incertidumbre posterior a las elecciones y la falta de una mayoría estable en el Parlamento, el valor del presidente como garante de la estabilidad en Turquía aumente considerablemente", y más aún si para desempeñar este papel, el presidente tiene tanto las amenazas internas como las externas: Kurdistán y el Estado Islámico.
"El éxito de la lucha contra estas amenazas en el marco de la Triple Alianza permite a Erdogan resolver el problema de la creación de un nuevo sistema político, y al mismo tiempo, detener el inicio del malestar en el Partido de la Justicia y el Desarrollo", explica el autor del artículo.
Además, prosigue el experto, "la participación en la formación de un nuevo Gran Oriente Medio supone para Turquía oportunidades de un nuevo crecimiento económico", por ejemplo, recuperando los mercados perdidos tras la degradación de las relaciones con Bashar al Assad.
Finalmente, "siendo parte de la Triple Alianza, Ankara alcanza uno de sus objetivos estratégicos en el ámbito de la política energética", concluye Sultánov.