Las claves para entender qué se juega Grecia en estas elecciones
Después de siete meses en el poder, en agosto pasado el exprimer ministro Alexis Tsipras dimitió tras perder la mayoría parlamentaria en la votación del tercer plan de rescate financiero del país. Entonces convocó elecciones anticipadas y la nación pasó a ser gestionada por un Gobierno de transición, informa The Huffington Post.
Los motivos que provocaron una nueva elección legislativa
Durante su mandato, Tsipras consideró "inaceptables" las condiciones propuestas por los acreedores de la deuda griega (la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo), lo que provocó una grave crisis política dentro del bloque comunitario. En junio el Gobierno griego convocó un referéndum para que fueran los ciudadanos quienes decidieran si aceptan o no la imposición de los acreedores, agravando aún más la crisis política. Como consecuencia de ello se produjo un corralito: los bancos griegos no dan más de 60 euros por depositante.
En la consulta popular los griegos dijeron no a las condiciones de pago que se reclamaban a Grecia. Sorprendentemente, las negociaciones entre Atenas y Bruselas terminaron en un acuerdo, con el país heleno cediendo a las exigencias de sus acreedores. Entonces llegó el tercer rescate, por el que Tsipras se comprometió entre otras cosas a reformar las pensiones y el mercado de trabajo y a crear un millonario fondo de privatizaciones.
Razones por las que se adelantaron los comicios
En estas elecciones Tsipras busca fortalecer su posición, debilitada tras el tira y afloja del tercer rescate financiero, y pedir un nuevo mandato al pueblo para aplicar con apoyo popular los nuevos recortes.
El exprimer ministro también busca detener la desintegración de su partido, Syriza, que se ha descompuesto con el cambio de rumbo tomado en relación a la deuda y la formación un nuevo partido, Unidad Popular, que reune a miembros de su administración.
¿Qué dicen las encuestas?
Los resultados de los últimos sondeos dan una ligera ventaja a Syriza, con un 25 por ciento de los votos. Nueva Democracia le sigue con un 24,7 por ciento. A continuación se sitúa el partido neonazi Amanecer Dorado con un 4,9 por ciento de los votos. Los siguientes partidos a duras apenas superan los cuatro y dos puntos porcentuales.
En las elecciones legislativas de enero pasado, Tsipras logró un 36 por ciento de los votos, y, de cumplirse los pronósticos de las encuestas, tendrá que buscar apoyos de otros partidos para poder gobernar. Sin embargo, el líder de Syriza ya ha descartado rotundamente una coalición con Nueva Democracia.
Las posibles alternativas de Tsipras
El conservador partido Nueva Democracia es el que más cara puede plantar a Syriza. En el último Parlamento contaba con 76 diputados. El líder de esta formación proeuropea, Evangelos Meimarakis, afirmó que si gana tenderá la mano al segundo partido más votado, posiblemente Syriza, para formar un Ejecutivo que cumpla los acuerdos financieros y lleve a cabo los recortes que piden los acreedores.
El umbral del 3 por ciento
Los partidos tienen que obtener al menos el 3 por ciento de los votos para contar con representación parlamentaria. El Parlamento está formado por 300 diputados y en las últimas elecciones legislativas Syriza obtuvo 149 escaños y formó una coalición con la formación derechista Griegos Independientes (13 escaños).
La ayuda 'divina' que recibiría el partido más votado
El sistema electoral griego podría servir de apoyo adicional para Tsipras, al conceder 50 escaños adicionales al partido más votado en estas elecciones, sin variar el número total de 300 escaños. Eso significa que una mayoría del 40 por ciento de los votos podría ser suficiente para contar con una mayoría absoluta de escaños en el Congreso. Este umbral podría ser incluso menor si muchos partidos no superan la barrera del 3 por ciento, lo que invalidaría los votos que las listas menos populares lograran reunir.
Formación de gobierno
En caso de que ningún partido alcance una mayoría absoluta, el presidente griego Prokopis Pavlopoulus encargaría al líder del partido más votado formar gobierno. Este partido tendría que apoyarse en un socio de coalición o al menos lograr el respaldo para un gobierno en minoría.
En su defecto, el segundo y, posteriormente, el tercer partido más votado recibirían el mandato de formar un gabinete. Si no se logra cuajar un gobierno, Pavlopoulus convocará a los líderes políticos para intentar alcanzar un acuerdo entre todos. De fallar también este último intento, el presidente nombraría un gobierno de transición hasta la convocatoria de nuevos comicios.