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"En Libia no hubo una revolución, sino una intervención extranjera para destruir el país"
El juicio previsto para este jueves contra Saif al Islam, hijo del exmandatario libio Muammar Gaddafi, ha sido aplazado por falta de pruebas. El analista político Juan Luis González Pérez desgrana en directo para RT las claves de este proceso.
Después de la revolución libia de 2011, Al Islam pasó a la clandestinidad hasta que fue capturado en noviembre del mismo año. La Corte Penal Internacional lo acusa de crímenes de guerra y exige su envío a La Haya, petición rechazada por las autoridades de Libia.
González señala que la decisión del tribunal de aplazar el juicio por falta de pruebas es lógica, pues "las pruebas contra el Gobierno de Libia fueron fabricadas, igual que está pasando con Siria".
El analista recuerda que, de hecho, ni la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, ni diversos expertos independientes de ONG encontraron ninguna prueba en sus visitas al país árabe en 2011. "Los supuestos bombardeos contra población civil [libia] eran un montaje para justificar una invasión y una intervención extranjera."
Estableciendo una comparación entre el conflicto libio y la guerra civil que vive en la actualidad Siria, González denuncia que ha sido precisamente la postura de Occidente y de los países del Golfo en dicho país árabe lo que ha provocado la guerra. "Sin la injerencia extranjera habría paz en Siria como la habría también en Libia. La inmensa mayoría de las pruebas que hemos visto de crímenes de guerra no están en el lado de Assad", sentencia.
Asimismo, el experto matiza que lo que hubo en libia no fue una revolución, sino una intervención externa "que ha destruido un país que vivía en calma y en prosperidad y que está abocado a vivir en una eterna guerra civil".
Libia disfrutaba del nivel de vida más alto de toda África, según la UNESCO, y ha retrocedido en la actualidad a niveles propios de hace varias décadas.
Para González Pérez, el mensaje que envía el conflicto libio a los países occidentales es claro: "Ninguna intervención extranjera va a ayudar a hacer nada por un país" y añade que, si bien los derechos humanos son argumentados a menudo como el 'Leitmotiv' de las invasiones extranjeras, no se trata más que una simple excusa en la cual se escudan EE.UU., la OTAN e Israel para lograr los objetivos políticos y geoestratégicos que en realidad persiguen.
González señala que la decisión del tribunal de aplazar el juicio por falta de pruebas es lógica, pues "las pruebas contra el Gobierno de Libia fueron fabricadas, igual que está pasando con Siria".
Las pruebas contra el Gobierno de Libia fueron fabricadas, igual que está pasando con Siria
El analista recuerda que, de hecho, ni la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, ni diversos expertos independientes de ONG encontraron ninguna prueba en sus visitas al país árabe en 2011. "Los supuestos bombardeos contra población civil [libia] eran un montaje para justificar una invasión y una intervención extranjera."
Estableciendo una comparación entre el conflicto libio y la guerra civil que vive en la actualidad Siria, González denuncia que ha sido precisamente la postura de Occidente y de los países del Golfo en dicho país árabe lo que ha provocado la guerra. "Sin la injerencia extranjera habría paz en Siria como la habría también en Libia. La inmensa mayoría de las pruebas que hemos visto de crímenes de guerra no están en el lado de Assad", sentencia.
Asimismo, el experto matiza que lo que hubo en libia no fue una revolución, sino una intervención externa "que ha destruido un país que vivía en calma y en prosperidad y que está abocado a vivir en una eterna guerra civil".
Libia disfrutaba del nivel de vida más alto de toda África, según la UNESCO, y ha retrocedido en la actualidad a niveles propios de hace varias décadas.
Para González Pérez, el mensaje que envía el conflicto libio a los países occidentales es claro: "Ninguna intervención extranjera va a ayudar a hacer nada por un país" y añade que, si bien los derechos humanos son argumentados a menudo como el 'Leitmotiv' de las invasiones extranjeras, no se trata más que una simple excusa en la cual se escudan EE.UU., la OTAN e Israel para lograr los objetivos políticos y geoestratégicos que en realidad persiguen.
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