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'Torre solar inflable': un proyecto de energía límpia para el observatorio ALMA de Chile
Ingenieros británicos están a punto de terminar un innovador proyecto de energía limpia basado en una idea de más de 100 años. Ya tienen un prototipo de la 'torre solar inflable', que en el proyecto tendrá que medir cerca de un kilómetro de altura.
El proyecto energético alternativo está siendo desarrollado por los ingenieros del Centro de Sostenibilidad y Resistencia Urbana de la Escuela Universitaria de Londres junto con el ingeniero y aventurero sueco Per Lindstrand, para el ALMA, el mayor observatorio del mundo, localizado en Atacama (Chile).
Buscando fuentes de energía limpia, inofensiva y barata, los ingienieros regresaron a la idea de una "corriente ascendente solar" generada por un militar español, Isidoro Cabanyes, en el año 1903.
Varios paneles en la base acumulan el calor del sol, haciendo que el aire caliente ascienda dentro de la torre, que funciona como chimenea, y de esta manera generar energía mediante unas turbinas. Colocando en la base materiales simples como bolsas con agua salada capaces de guardar el calor durante mucho tiempo, planean conseguir que la torre siga produciendo electricidad incluso por la noche o en días nublados.
La idea de los ingenieros es construir una estructura inflable usando telas en lugar de materiales firmes como hormigón, vidrio o metal. Aparte de los beneficios constructivos, el uso de tales materiales reducirá mucho el costo de la torre, lo que hará que sea un proyecto más lucrativo que los paneles solares o los electrogeneradores eólicos. El problema con el que se topan es escoger un material suficientemente flexible y a la vez perdurable para que pueda soportar la radiación ultravioleta del sol y el impacto mecánico del viento y de los materiales de construcción. Sin embargo, los ingenieros creen que los materiales existentes pueden conseguir dichas características mediante un tratamiento especial.
La construcción de 'torres solares' será especialmente importante para las áreas de actividad sísmica y los desiertos: a diferencia de las plantas nucleares, no causará ningún daño si se destruye por algún sismo, y además no se verán afectadas por la arena como le sucede a los paneles solares.
Buscando fuentes de energía limpia, inofensiva y barata, los ingienieros regresaron a la idea de una "corriente ascendente solar" generada por un militar español, Isidoro Cabanyes, en el año 1903.
Varios paneles en la base acumulan el calor del sol, haciendo que el aire caliente ascienda dentro de la torre, que funciona como chimenea, y de esta manera generar energía mediante unas turbinas. Colocando en la base materiales simples como bolsas con agua salada capaces de guardar el calor durante mucho tiempo, planean conseguir que la torre siga produciendo electricidad incluso por la noche o en días nublados.
La idea de los ingenieros es construir una estructura inflable usando telas en lugar de materiales firmes como hormigón, vidrio o metal. Aparte de los beneficios constructivos, el uso de tales materiales reducirá mucho el costo de la torre, lo que hará que sea un proyecto más lucrativo que los paneles solares o los electrogeneradores eólicos. El problema con el que se topan es escoger un material suficientemente flexible y a la vez perdurable para que pueda soportar la radiación ultravioleta del sol y el impacto mecánico del viento y de los materiales de construcción. Sin embargo, los ingenieros creen que los materiales existentes pueden conseguir dichas características mediante un tratamiento especial.
La construcción de 'torres solares' será especialmente importante para las áreas de actividad sísmica y los desiertos: a diferencia de las plantas nucleares, no causará ningún daño si se destruye por algún sismo, y además no se verán afectadas por la arena como le sucede a los paneles solares.
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