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Más de 730.000 desplazados por la guerra en Ucrania buscan refugio en Rusia
Más de 700.000 personas, desplazadas por el conflicto armado en Ucrania, cruzaron la frontera con Rusia. Los ataques y la crisis humanitaria hacen huir a los pocos que quedan en las ciudades devastadas por la guerra.
En un campo de refugiados en el lado ruso, cerca de la frontera con Ucrania, se estima que hay unos 600 refugiados y cada día llegan nuevos, mayormente de Lugansk y Donetsk, donde la situación humanitaria realmente es crítica.
Según los medios, en Donetsk se han dañado infraestructuras y servicios, pero se pueden encontrar algunos alimentos. Se estima que la mitad de la población ha huido del lugar y cada vez se hace más dificil dejar la zona: algunos destinos de ferrocarril están bloqueados. Lugansk, a su vez, desde hace 12 días sigue bloqueado, sin acceso al agua, la electricidad y con escasa comunicación. Además los bombardeos continúan.
Zinaida Potápova, una habitante de la provincia de Lugansk que se encuentra ahora en el campo de refugiados, tiene cáncer. Dice que abandonar su hogar no fue una decisión fácil, pero fue rápida. "No se trata tanto de miedo a la muerte, es más bien un pánico total. ¿Por qué pasa todo esto? ¿Para qué? Aquí hay solo gente pacífica", cuenta la mujer a RT.
Pese a que la casa de Zinaida fue bombardeada 2 veces, la mujer trató de seguir siendo optimista. Sin embargo, un día vio algo que la convenció de que ya no podía quedarse allí. "Yo estaba en una parada de autobús. Por alguna razón decidí irme. Tan pronto lo hice, una bomba estalló justo detrás de mí. Cinco personas murieron. Un hombre recibió un impacto directamente en la cabeza, una mujer perdió la pierna. Me llevó 3 días superarlo", dice.
Valentina Lázareva, una residente de Lugansk, se prepara para marcharse de la ciudad. "La vida se detuvo para nosotros. Nos despertamos, hacemos cola para comprar pan y luego para tener agua. Después cocinamos algo para comer. Lo mismo todos los días. Por lo menos, cuando hacemos cola podemos escuchar las noticias en la radio", explica la mujer.
Zinaida y Valentina van a pasar algún tiempo en el campo de refugiados en la frontera hasta que se unan a otros miles que abandonaron el este de Ucrania. Las mujeres se marchan con la esperanza de volver pronto a sus hogares, pero también con el temor de que nunca podrán hacerlo.
"La estrategia de Kiev consiste en aterrorizar a la población para que la gente se marche", opina la analista internacional Cristina Sánchez Martínez sobre esta crítica situación. Según la experta, el Gobierno de Kiev no tiene ninguna intención de negociar una solución que evite el terror y la desesperación de su propia gente, ya que lucha por sus propios intereses económicos.
Según los medios, en Donetsk se han dañado infraestructuras y servicios, pero se pueden encontrar algunos alimentos. Se estima que la mitad de la población ha huido del lugar y cada vez se hace más dificil dejar la zona: algunos destinos de ferrocarril están bloqueados. Lugansk, a su vez, desde hace 12 días sigue bloqueado, sin acceso al agua, la electricidad y con escasa comunicación. Además los bombardeos continúan.
Zinaida Potápova, una habitante de la provincia de Lugansk que se encuentra ahora en el campo de refugiados, tiene cáncer. Dice que abandonar su hogar no fue una decisión fácil, pero fue rápida. "No se trata tanto de miedo a la muerte, es más bien un pánico total. ¿Por qué pasa todo esto? ¿Para qué? Aquí hay solo gente pacífica", cuenta la mujer a RT.
Pese a que la casa de Zinaida fue bombardeada 2 veces, la mujer trató de seguir siendo optimista. Sin embargo, un día vio algo que la convenció de que ya no podía quedarse allí. "Yo estaba en una parada de autobús. Por alguna razón decidí irme. Tan pronto lo hice, una bomba estalló justo detrás de mí. Cinco personas murieron. Un hombre recibió un impacto directamente en la cabeza, una mujer perdió la pierna. Me llevó 3 días superarlo", dice.
Valentina Lázareva, una residente de Lugansk, se prepara para marcharse de la ciudad. "La vida se detuvo para nosotros. Nos despertamos, hacemos cola para comprar pan y luego para tener agua. Después cocinamos algo para comer. Lo mismo todos los días. Por lo menos, cuando hacemos cola podemos escuchar las noticias en la radio", explica la mujer.
Zinaida y Valentina van a pasar algún tiempo en el campo de refugiados en la frontera hasta que se unan a otros miles que abandonaron el este de Ucrania. Las mujeres se marchan con la esperanza de volver pronto a sus hogares, pero también con el temor de que nunca podrán hacerlo.
"La estrategia de Kiev consiste en aterrorizar a la población para que la gente se marche", opina la analista internacional Cristina Sánchez Martínez sobre esta crítica situación. Según la experta, el Gobierno de Kiev no tiene ninguna intención de negociar una solución que evite el terror y la desesperación de su propia gente, ya que lucha por sus propios intereses económicos.
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