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Así es el 'hombre de acero' del Ejército estadounidense
EE.UU. inicia la etapa final de las pruebas del llamado 'exoesqueleto', un nuevo armazón que ayudará a los soldados a llevar cargas muy pesadas, correr varios kilómetros portando con las mismas y no lesionarse.
La compañía Raytheon, contratista principal del proyecto y financiada por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa
(DARPA), brazo científico del Pentágono, ya ha llevado a cabo exitosas pruebas de varios componentes individuales de este exoesqueleto. Ahora el kit completo será sometido a pruebas según un reciente informe del jefe de proyecto, Christopher Orlowski.
Numerosos componentes del exoesqueleto ya han pasado a la segunda etapa de pruebas. Así ocurrió, por ejemplo, con las Air Legs, un dispositivo diseñado para que los soldados de infantería, cargados de pies a cabeza, cubran la distancia de una milla en cuatro minutos sin cansarse.
Reforzados por este exoesqueleto, los soldados u operarios podrán levantar piezas sin esfuerzo como si fueran máquinas o rearmar las pesadas piezas de un avión de combate con la misma rapidez y diligencia con la que los técnicos de la Fórmula 1 cambian ruedas.
Sin embargo, el principal reto del programa del exoesqueleto bautizado como 'Sarcos XOS-2' de Raytheon es su limitada posibilidad de aplicación en el campo de batalla. El principal inconveniente de la actual versión del 'supersoldado' es la necesidad de contar con fuentes de energía y el uso de cables de alimentación.
En pocas palabras, un traje como este de momento permite portar objetos de gran peso, pero no garantiza una movilidad suficiente en el campo de batalla ni realizar largos recorridos.
Numerosos componentes del exoesqueleto ya han pasado a la segunda etapa de pruebas. Así ocurrió, por ejemplo, con las Air Legs, un dispositivo diseñado para que los soldados de infantería, cargados de pies a cabeza, cubran la distancia de una milla en cuatro minutos sin cansarse.
Reforzados por este exoesqueleto, los soldados u operarios podrán levantar piezas sin esfuerzo como si fueran máquinas o rearmar las pesadas piezas de un avión de combate con la misma rapidez y diligencia con la que los técnicos de la Fórmula 1 cambian ruedas.
Sin embargo, el principal reto del programa del exoesqueleto bautizado como 'Sarcos XOS-2' de Raytheon es su limitada posibilidad de aplicación en el campo de batalla. El principal inconveniente de la actual versión del 'supersoldado' es la necesidad de contar con fuentes de energía y el uso de cables de alimentación.
En pocas palabras, un traje como este de momento permite portar objetos de gran peso, pero no garantiza una movilidad suficiente en el campo de batalla ni realizar largos recorridos.
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