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Referendo en Puerto Rico: ¿la hora de decidir sobre EE.UU. o solo cebo para hacer votar?
Este martes Puerto Rico vivió una jornada de las elecciones generales. También los puertorriqueños votaron el estatus del país, una cuestión sobre la cual la gente no tiene una opinión unánime.
Según los datos preliminares, el actual gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, líder del Partido Nuevo Progresista, quien propuso el referendo y opta por la anexión de la isla como un estado más de EE.UU., estaría perdiendo la gobernación.
Este debate se polariza aún más estos días en torno a quienes quieren formar parte de EE.UU., quienes buscan mantener su condición actual y quienes quieren la independencia de Puerto Rico. Pero la pregunta es: ¿por qué ahora?
“Este referéndum es un juego electoral del partido de Gobierno ante una gestión de Gobierno muy pobre, tenía que llevar a la gente a votar,” dice el abogado y político puertorriqueño Carlos Gallisá Bisbal.
Es decir, los puertorriqueños deberán votar por una solución permanente sobre su estatus, y a la vez escoger a sus autoridades, forzando a la gente a inclinar su decisión, advierten los expertos.
“Esta es una condición de subordinación política para empezar. Pero la subordinación política tiene un impacto económico porque eso significa que la legislación que se hace en EE.UU. se aplica a Puerto Rico independientemente si nos conviene o no,” dice el economista Francisco Catalán.
Y los efectos de esta subordinación, sumada a la recesión que arrastra la isla desde 2006 podría generar una crisis aun mayor.
“La amenaza más grande es que si seguimos como vamos, con deudas creciendo vertiginosamente, llegue un momento en que no tengamos con qué pagar el principal y los intereses de esa deuda y ahí viene una crisis nacional. Y no es todo: este escenario podría ser similar al de Grecia o España”, opina el economista y ex secretario de Hacienda del estado Juan Agosto Alicea.
Los puertorriqueños depositan sus esperanzas en alguna de estas tres opciones, pero son conscientes de que este referéndum no decide nada.
"Es un engaño, es un engaño porque nadie se compromete con el resultado," opina Carlos Gallisá Bisbal. Este martes la población habla con fuerza. La mayoría —estadista o independentista— no quiere seguir siendo una colonia. Pero su historia, su futuro, dependerá de si logran hacerse escuchar .
Este debate se polariza aún más estos días en torno a quienes quieren formar parte de EE.UU., quienes buscan mantener su condición actual y quienes quieren la independencia de Puerto Rico. Pero la pregunta es: ¿por qué ahora?
“Este referéndum es un juego electoral del partido de Gobierno ante una gestión de Gobierno muy pobre, tenía que llevar a la gente a votar,” dice el abogado y político puertorriqueño Carlos Gallisá Bisbal.
Es decir, los puertorriqueños deberán votar por una solución permanente sobre su estatus, y a la vez escoger a sus autoridades, forzando a la gente a inclinar su decisión, advierten los expertos.
Subordinación política con impacto económico
Pero esta no es la única advertencia que hacen los analistas políticos. Existe un amplio sector académico que cree que la decisión sobre la vinculación de Puerto Rico a EE.UU. es de tal envergadura que podría cambiar su historia.“Esta es una condición de subordinación política para empezar. Pero la subordinación política tiene un impacto económico porque eso significa que la legislación que se hace en EE.UU. se aplica a Puerto Rico independientemente si nos conviene o no,” dice el economista Francisco Catalán.
Y los efectos de esta subordinación, sumada a la recesión que arrastra la isla desde 2006 podría generar una crisis aun mayor.
“La amenaza más grande es que si seguimos como vamos, con deudas creciendo vertiginosamente, llegue un momento en que no tengamos con qué pagar el principal y los intereses de esa deuda y ahí viene una crisis nacional. Y no es todo: este escenario podría ser similar al de Grecia o España”, opina el economista y ex secretario de Hacienda del estado Juan Agosto Alicea.
Los puertorriqueños depositan sus esperanzas en alguna de estas tres opciones, pero son conscientes de que este referéndum no decide nada.
"Es un engaño, es un engaño porque nadie se compromete con el resultado," opina Carlos Gallisá Bisbal. Este martes la población habla con fuerza. La mayoría —estadista o independentista— no quiere seguir siendo una colonia. Pero su historia, su futuro, dependerá de si logran hacerse escuchar .
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