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La amenaza de Corea del Norte genera dudas en EE.UU.: ¿Mucho ruido y pocas nueces?
Un alto funcionario de la administración de EE.UU. cree que las recientes amenazas de Corea del Norte y los anuncios sobre sus preparativos bélicos son una cortina de humo.
"Corea del Norte tiene una mentalidad bélica, pero no piensa en desatar la guerra", expresó el funcionario norteamericano, que habló con la cadena CBS News bajo condición del anonimato.
El funcionario destacó que hay dos cosas que indican que Pyonyang no piensa en ninguna guerra: que está manteniendo un acceso continuo y sin restricciones al complejo industrial de Kaesong, localizado al norte de la frontera que divide la península y que es administrado de forma conjunta por Pyongyang y Seúl, y que sigue atrayendo visitas turísticas al país.
"Dan gritos y se golpean el pecho, pero están atrayendo a los turistas, lo que significa de forma explícita: 'no presten atención a todo lo que se habla sobre la guerra nuclear o de otro tipo de guerra'", recalca el funcionario.
No obstante, Peter King, ex presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, destacó que las declaraciones de Corea del Norte pueden ser algo más que una "amenaza vacía". "Kim Jong-un está tratando de consolidarse. Está tratando de ser un tipo duro. Tiene 30 años y sigue yendo más y más lejos", explicó King en una entrevista con ABC News. "Así que mi preocupación es que si, para salvar la cara, podría verse obligado a llevar a cabo algún tipo de ataque contra Corea del Sur o alguna base [estadounidense] en el Pacífico", concluye.
Mientras prosigue el debate sobre la autenticidad de la amenaza, EE.UU. ha enviado a Corea del Sur cazas F -22 para participar en los ejercicios militares anuales que realizan ambos países, lo que podría caldear aún más la retórica belicista de Pyongyang.
Corea del Norte declaró este sábado que sus relaciones con Corea del Sur entran a partir de ahora en fase de guerra. "Las situaciones en la península coreana que ni son de paz ni de guerra han tocado a su fin", reza el comunicado difundido por la agencia de noticias estatal norcoreana KCNA, que asegura que "esta guerra no durará ni tres días, sino que será una guerra relámpago". Al día siguiente, el líder norcoreano, Kim Jong-un, defendió la ampliación "cuantitativa y cualitativa" del arsenal nuclear del país, destacando que su existencia es necesaria para hacer frente a las amenazas de EE.UU.
El funcionario destacó que hay dos cosas que indican que Pyonyang no piensa en ninguna guerra: que está manteniendo un acceso continuo y sin restricciones al complejo industrial de Kaesong, localizado al norte de la frontera que divide la península y que es administrado de forma conjunta por Pyongyang y Seúl, y que sigue atrayendo visitas turísticas al país.
"Dan gritos y se golpean el pecho, pero están atrayendo a los turistas, lo que significa de forma explícita: 'no presten atención a todo lo que se habla sobre la guerra nuclear o de otro tipo de guerra'", recalca el funcionario.
No obstante, Peter King, ex presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, destacó que las declaraciones de Corea del Norte pueden ser algo más que una "amenaza vacía". "Kim Jong-un está tratando de consolidarse. Está tratando de ser un tipo duro. Tiene 30 años y sigue yendo más y más lejos", explicó King en una entrevista con ABC News. "Así que mi preocupación es que si, para salvar la cara, podría verse obligado a llevar a cabo algún tipo de ataque contra Corea del Sur o alguna base [estadounidense] en el Pacífico", concluye.
Mientras prosigue el debate sobre la autenticidad de la amenaza, EE.UU. ha enviado a Corea del Sur cazas F -22 para participar en los ejercicios militares anuales que realizan ambos países, lo que podría caldear aún más la retórica belicista de Pyongyang.
Corea del Norte declaró este sábado que sus relaciones con Corea del Sur entran a partir de ahora en fase de guerra. "Las situaciones en la península coreana que ni son de paz ni de guerra han tocado a su fin", reza el comunicado difundido por la agencia de noticias estatal norcoreana KCNA, que asegura que "esta guerra no durará ni tres días, sino que será una guerra relámpago". Al día siguiente, el líder norcoreano, Kim Jong-un, defendió la ampliación "cuantitativa y cualitativa" del arsenal nuclear del país, destacando que su existencia es necesaria para hacer frente a las amenazas de EE.UU.
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