Ciencias
'Viaje a Bennu': La NASA simula la misión al asteroide más peligroso para la Tierra
La NASA ha difundido una animación que describe la futura misión de la sonda Osiris-Rex que tendrá por objetivo aterrizar en 2018 en el asteroide Bennu, estudiar su superficie y regresar a la Tierra en 2023.
La animación 'Viaje a Bennu' de la NASA, de 6 minutos de duración, muestra la formación y evolución del asteroide más peligroso para la Tierra y detalla la misión espacial, que tiene por objeto recoger muestras y cartagrofiar su superficie.
La sonda automática de la NASA, denominada Osiris-Rex, tiene previsto despegar en otoño de 2016 para aterrizar en 2018 sobre el asteroide 1999 RQ36, recientemente rebautizado Bennu en honor a una antigua deidad egipcia equivalente al ave Fenix, y regresar a nuestro planeta cinco años después.
Su objetivo pasa por proporcionar a los científicos muestras e imágenes de su superficie a partir de las cuales poder realizar un inventario con los materiales que estuvieron presentes al inicio de su formación, e intentar obtener más datos acerca de la formación del Sistema Solar.
"Gracias a que tenemos la posibilidad de traer material de vuelta a la Tierra, podremos realizar un análisis mucho más exhaustivo que aquel realizado mediante los instrumentos de una sonda espacial", afirma Edward Beshore, profesor de la Universidad de Arizona.
Esta roca espacial, cuyo diámetro es de 500 metros, es considerada como el cuerpo celeste más peligroso para nuestro planeta de los que se conocen en la actualidad, ya que tiene una probabilidad muy alta (1 entre 2.500) de colisionar con la Tierra allá por el año 2.182.
La sonda automática de la NASA, denominada Osiris-Rex, tiene previsto despegar en otoño de 2016 para aterrizar en 2018 sobre el asteroide 1999 RQ36, recientemente rebautizado Bennu en honor a una antigua deidad egipcia equivalente al ave Fenix, y regresar a nuestro planeta cinco años después.
Su objetivo pasa por proporcionar a los científicos muestras e imágenes de su superficie a partir de las cuales poder realizar un inventario con los materiales que estuvieron presentes al inicio de su formación, e intentar obtener más datos acerca de la formación del Sistema Solar.
"Gracias a que tenemos la posibilidad de traer material de vuelta a la Tierra, podremos realizar un análisis mucho más exhaustivo que aquel realizado mediante los instrumentos de una sonda espacial", afirma Edward Beshore, profesor de la Universidad de Arizona.
Esta roca espacial, cuyo diámetro es de 500 metros, es considerada como el cuerpo celeste más peligroso para nuestro planeta de los que se conocen en la actualidad, ya que tiene una probabilidad muy alta (1 entre 2.500) de colisionar con la Tierra allá por el año 2.182.
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