Ciencias
Descubren ‘lubricante’ que permitiría evitar terremotos desastrosos
Capas de roca fundida en el manto de la Tierra son esenciales para impedir que los desplazamientos de las placas tectónicas se tornen en potentes movimientos sísmicos. Sirven de 'lubricante' y mientras más espesas sean, menos intenso será el sismo.
A tal conclusión llegaron los científicos de la Institución Scripps de Oceanografía (California, Estados Unidos) al escanear 25 kilómetros de la trinchera Mesoamericana en su tramo más cercano a la costa nicaragüense del Océano Pacífico. Para conseguirla, ellos aplicaron al estudio no comercial la tecnología que se utilizaba durante toda la década de los años 2000 para detectar reservas de petróleo y gas.
Las imágenes obtenidas tras el sondaje con ondas electromagnéticas del fondo marino son bastante fiables y representan una ‘cara’ completamente nueva de la placa tectónica de Cocos. El nombre de este fragmento de corteza terrestre es bastante familiar a los vecinos de América Central, porque sus movimientos a menudo causan terremotos en El Salvador, México, Nicaragua, Costa Rica y otros países de la región.
Últimamente el mundo científico creía que el agua disuelta en los minerales generaba un manto que facilitaba los movimientos tectónicos de las placas. Pero existían pocos datos para confirmar esta teoría.
Ahora está claro que el agua no tiene que ver con los movimientos telúricos, porque “no puede adaptarse a las características que estamos viendo” en las imágenes obtenidas, aseguran los investigadores. El colectivo opina que ha llegado el tiempo de desarrollar una teoría nueva que explique con exactitud qué fuerzas y circunstancias vinculan los movimientos telúricos a los terremotos.
Las implicaciones prácticas del descubrimiento son inmensas, señala el grupo en un artículo publicado en la reciente edición de la revista 'Nature'. Y entre ellas figuran la previsión y prevención de los más devastadores terremotos y tsunamis.
Las imágenes obtenidas tras el sondaje con ondas electromagnéticas del fondo marino son bastante fiables y representan una ‘cara’ completamente nueva de la placa tectónica de Cocos. El nombre de este fragmento de corteza terrestre es bastante familiar a los vecinos de América Central, porque sus movimientos a menudo causan terremotos en El Salvador, México, Nicaragua, Costa Rica y otros países de la región.
Últimamente el mundo científico creía que el agua disuelta en los minerales generaba un manto que facilitaba los movimientos tectónicos de las placas. Pero existían pocos datos para confirmar esta teoría.
Ahora está claro que el agua no tiene que ver con los movimientos telúricos, porque “no puede adaptarse a las características que estamos viendo” en las imágenes obtenidas, aseguran los investigadores. El colectivo opina que ha llegado el tiempo de desarrollar una teoría nueva que explique con exactitud qué fuerzas y circunstancias vinculan los movimientos telúricos a los terremotos.
Las implicaciones prácticas del descubrimiento son inmensas, señala el grupo en un artículo publicado en la reciente edición de la revista 'Nature'. Y entre ellas figuran la previsión y prevención de los más devastadores terremotos y tsunamis.
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