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Francia y Grecia: ¿dos respuestas diferentes al “patrón”?

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La hipocresía siempre ha sido mala consejera, especialmente de la clase política que no se sustenta en los principios de la solidaridad social y la soberanía. En el caso actual, del espionaje a Francia por la NSA y la solicitud respetuosa a la Casa Blanca para que se acerque a conversar, las evidencias son incontrastables y dos preguntas la demuestran claramente. En lo que concierne a Grecia, con una posición contraria basada en la democracia transparente, la Troika ha exigido el pago de deudas ya canceladas por intereses exorbitantes cobrados, por lo que la posición soberana es ejemplarizante.

Caso Hollande y espionaje nacional

¿No sabía Francois Hollande que había sido espiado él, su gobierno y el país por la NSA, cuándo ya se había denunciado públicamente que en todos los países europeos había ocurrido desde hace bastante tiempo?

¿O simplemente se quedó en silencio cómplice para no demostrar esa violación de la soberanía esperando el detonante en algún momento?

La primera pregunta se contesta con un sí. Hollande conocía por su agencia de seguridad lo que se ha venido haciendo, e incluso por la misma prensa: por tanto, es una actitud infantil parecer sorprendido u ofuscado por algo ya reconocido; lo es aún más al reunir a todo su equipo de inteligencia para analizar lo ya conocido como si no se hubiese sabido. La segunda es sí también puesto que esperó a que detonase la situación para iniciar alguna acción de propaganda con el fin de parecer ofuscado, aunque llamando a sus patrones para decirles que es solamente una obligación para los medios y no dejar su imagen debilitada.

Lo cierto es que Francia, país que poseía una alta tradición libertaria, "gracias" a sus gobiernos ha dejado de ser la patria de la libertad, fraternidad e igualdad, arrodillada por "dignatarios" que no hacen digno su nombre.

El mundo pensante, no manipulado por las agencias transnacionales de la comunicación falsa, sabe que la supuesta indignación de su presidente llamando a un representante de Washington es una simple solicitud respetuosa a una funcionaria para que asista con el fin de dejar zanjado el problema mínimo para esta clase política, pues ser espiado no es problema como no lo fue para Angela Merkel. Es decir, este tipo de gobernante en dichas naciones se ha visto facilitado en su actuar pues aún no han sido llamados a rendir cuentas a sus pueblos debido a su sumisa actitud o permiso para debilitar la seguridad nacional, lo que constituye en naciones estrictas traición a la patria. Las penas incluyen cárcel de por vida entre otras.

En realidad, sobre este tema hay solo tres cosas que decir debido a la pobreza ideológica con que se ha ocultado tan grave hecho y la falta de consistencia argumentativa de un gobierno que agrede a los menos fuertes como Yemen o Siria y se arrodilla ante Arabia Saudita.

1. Los documentos de alta confidencialidad aportados por Wikileaks correspondientes a la NSA-Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos-son verídicos, fidedignos y dejan claro que el gobierno francés ha sido espiado durante la última década. Por tanto, es incontrovertible el hecho delictivo.

2. Lo cierto es que la dignidad de Francia está seguramente en su pueblo, especialmente si se levanta como en España o Grecia contra una clase dirigente neoliberal encubierta de "socialismo". Ya es la hora de que esa nación se enorgullezca de su pasado digno y fraterno.

3. Se puede cuestionar la validez de esta interpretación, aunque los hechos son tozudos. Para demostrar lo contrario, es preciso argumentar sobre la independencia del gobierno Hollande, su tendencia hacia la igualdad o la preexistencia de un modelo no liberal. En caso contrario, la demostración de espionaje exige una investigación por parte de los tribunales franceses y la sanción a quienes agredieron al país. No hacerlo es estar supeditado al "patrón".

Grecia y la democracia

Definitivamente la gente consciente o aquella que puede acceder a información precisa y objetiva no puede menos que sentirse perpleja cuando un presidente llama a elecciones y otros se oponen "porque va contra la democracia". Es decir, cuando Alexis Tsipras en tanto primer ministro del país heleno llama a consultar a su pueblo si acepta las condiciones lesivas en que se somete al país, unas organizaciones agiotistas lo consideran dictadura y es inaceptable pues se pide a la plebe que opine.

La conclusión es obvia: el FMI (Fondo Monetario internacional), el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, en una pecadora alianza ordenan a una nación que para ponerse al día con los pagos tiene que restringir los gastos sociales y no afectar a las riquezas. Eso es descabellado y propone un estudio siquiátrico fuerte, tal como lo han presentado analistas muy serios pues los límites entre la cordura y la avaricia parecen haberse trasgredido a favor de la locura del lucro extremo.

Lo cierto es que, sopesando los pro y los contra podrán afectar al pueblo griego en una primera etapa, con el apoyo de diversas organizaciones que trabajan con criterio solidario Grecia podrá salir del verdadero atolladero en que la han puesto los mercaderes de la vida. No hay que olvidar que el llamado "Grexit" (salida de Grecia de la Unión Europea) está conjugado con otros "exit" como el de Francia con Marine Le Pen y su opción al triunfo presidencial o los referéndums en el Reino Unido, más la presión de los euroescépticos que va en aumento.

La denominada Troika, símbolo y defensora de los Fondos Buitre, en contubernio con Angela Merkel y Jeroen Djisselbloem (presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas holandés), ha acordado sancionar todo acto de democracia como aquel de someter a referéndum el deseo de acallar la domesticación. La frase es clara: "El referéndum de Alexis Tsipras cierra la puerta a las negociaciones".

En esta reflexión hay que comprender, además de los daños a la población inerme, que si estas corporaciones de la guerra provocan pánico comercial, bursátil, armado, financiero, el 'boomerang' les devolverá hacia sus patrocinadores como el terrorismo hoy llega a Francia y muy pronto a muchos países europeos debido a su aval o permiso para actuar sin cortapisas.

Consideraciones finales

Mientras la Troika intenta desesperadamente que no se produzca el referéndum en Grecia, debido a la significación enorme que tendría para los pueblos del mundo por su mensaje liberador –dando poder a nuevos sectores sociales fuera de la oligarquía– su aliado Hollande sigue en la retórica de cuestionar la intervención de la NSA cada vez con menos intensidad (como se lo ha ordenado su patrón, es decir, la misma NSA). Ambos en la misma tónica y filosofía político-comercial.

Por el contrario, quienes creen en un mundo pluripolar se han acercado a Grecia para darle una voz de aliento, incentivándolo a continuar su camino de soberanía. Tal vez en menos de un quinquenio pueda convertirse en un gran modelo que invite a la fractura de la Unión Europea (si no se ha dado ya antes). Sin embargo, Tsipras ha dejado abierta la puerta a la solución pues hará el referéndum y se continuará dialogando si lo desean. Lo que no está en juego es la dignidad del pueblo, categoría desconocida en organizaciones corporativas neoliberales. De allí que pueda convertirse en una oportunidad histórica.

Probablemente la afirmación del Paul Krugman, insigne profesor de Economía en la Universidad de Princeton y Premio Nobel de Economía (2008) en su trabajo titulado "En que acerté y en que me equivoqué" es una clave potente del concepto que debe tener el planeta sobre las actuaciones de la Troika y sus dirigentes: "Entendí mal la economía política: no caí en la cuenta de lo dispuestas que estarían las élites europeas a imponer un sufrimiento generalizado en nombre de la permanencia en la unión monetaria".

Finalmente, en el simple ánimo de hacer preguntas "especiales" como aquellas sobre la "llegada" a la luna o el oculto cadáver de Bin Laden, no sería ilógico y tal vez muy necesario empezar a interrogarse si es legal, correcto, ético y conveniente seguir pagando deudas ya canceladas a la Troika, que intentan mostrar como vigentes, similar a las compañías de venta comercial con tarjeta incluida que nunca acaban y son parte de la Deuda Eterna y externa.

Por ello, antes de actuar hay que pensar profundamente si vale la pena ahorcar la democracia para sembrar tempestades. Solo gente desquiciada es capaz de hacerlo… y eso es peligroso porque existe y tiene poder. Lo esencial es identificarla, resistir y superarla para que no hagan más daño al planeta, sus habitantes y la pachamama, que es nuestro único terruño posible por ahora.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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