Sociedad
El secreto mejor guardado por Hollywood: La 'gran pantalla' del maquillaje informático
Cada vez resulta más patente el uso que la industria de Hollywood hace del 'beauty work', una cosmética digital que permite a través de un 'software' especializado realizar una gran variedad de retoques cinematográficos.
La industria cinematográfica dota cada vez más a sus estrellas de cine de una cosmética digital milagrosa llamada 'beauty work', que permite, mediante un 'software' especializado, modificar las etapas finales de postproducción, informa el portal 'Mashable'.
Mientras que no hace mucho el 'mejor amigo' de todo actor renombrado era su cirujano plástico, actualmente los llamados 'artistas digitales' están arrebatándole protagonismo gracias a los resultados de sus largas horas de edición, que consiguen eliminar las imperfecciones físicas, quedando las pastillas para adelgazar o el bótox relegados a un segundo plano.
Tras años de silencio en lo referente al desarrollo de estas nuevas tecnologías, el portal de noticias indaga en los secretos de este camerino digital de la mano de Claus Hansen, pionero en el desarrollo del 'beauty work' y director de 'Method Studios', una las pocas compañías que ofrecen este servicio en Los Ángeles.
En su entrevista con el portal, Hansen advierte a los jóvenes que idolatran a actores y otras celecridades por su apariencia que han de saber que "lo que ven no es más que humo y espejos", a pesar de no aportar nombres concretos en sus ejemplos debido a los acuerdos de confidencialidad que ha firmado a lo largo de estos años.
"Nadie es en realidad tal y como aparenta ser en la televisión. Todo el mundo está alterado y modificado", afirma Hansen, que añade que el precio de edición por fotograma puede oscilar entre los 500 y los 2.500 dólares. El experto también desmonta mitos, afirmando que el retoque de vídeo es utilizado prácticamente en la misma proporción por hombres y mujeres.
Hansen confiesa que los cambios que los diversos actores demandan varían desde modificaciones milimétricas referidas a la colocación del cabello hasta los pliegues de la piel de los brazos, llegando incluso a insertar el rostro de los protagonistas en "cuerpos más musculados" si así lo requieren.
A pesar de que hoy en día el 'beauty work' es tan común que la mayoría de los estudios cinematográficos incluyen inmediatamente este procedimiento como parte de su presupuesto, muchas de las empresas dedicadas al mismo no son incluidas en los créditos de las filmaciones para seguir manteniendo el secreto de su uso.
Mientras que no hace mucho el 'mejor amigo' de todo actor renombrado era su cirujano plástico, actualmente los llamados 'artistas digitales' están arrebatándole protagonismo gracias a los resultados de sus largas horas de edición, que consiguen eliminar las imperfecciones físicas, quedando las pastillas para adelgazar o el bótox relegados a un segundo plano.
Tras años de silencio en lo referente al desarrollo de estas nuevas tecnologías, el portal de noticias indaga en los secretos de este camerino digital de la mano de Claus Hansen, pionero en el desarrollo del 'beauty work' y director de 'Method Studios', una las pocas compañías que ofrecen este servicio en Los Ángeles.
En su entrevista con el portal, Hansen advierte a los jóvenes que idolatran a actores y otras celecridades por su apariencia que han de saber que "lo que ven no es más que humo y espejos", a pesar de no aportar nombres concretos en sus ejemplos debido a los acuerdos de confidencialidad que ha firmado a lo largo de estos años.
"Nadie es en realidad tal y como aparenta ser en la televisión. Todo el mundo está alterado y modificado", afirma Hansen, que añade que el precio de edición por fotograma puede oscilar entre los 500 y los 2.500 dólares. El experto también desmonta mitos, afirmando que el retoque de vídeo es utilizado prácticamente en la misma proporción por hombres y mujeres.
Hansen confiesa que los cambios que los diversos actores demandan varían desde modificaciones milimétricas referidas a la colocación del cabello hasta los pliegues de la piel de los brazos, llegando incluso a insertar el rostro de los protagonistas en "cuerpos más musculados" si así lo requieren.
A pesar de que hoy en día el 'beauty work' es tan común que la mayoría de los estudios cinematográficos incluyen inmediatamente este procedimiento como parte de su presupuesto, muchas de las empresas dedicadas al mismo no son incluidas en los créditos de las filmaciones para seguir manteniendo el secreto de su uso.
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