El incidente se produjo en vísperas del Año Nuevo, cuando la embajadora egipcia, Menha Mahrous Bajum, se encontraba en el aeropuerto para despedir a su familia y fue reclamada por una oficial de policía, que le pidió que se quitara los zapatos en el control de seguridad. La diplomática se negó a hacerlo e inició una disputa que acabo con la citada bofetada propinada en pleno rostro a la agente.
La embajadora dijo haber sido objeto de humillación verbal y física por parte de los funcionarios del aeropuerto, que no atendieron a su inmunidad diplomatica.
Las autoridades chipriotas reconocieron que la culpa de lo ocurrido la tuvieron los funcionarios del aeropuerto. El ministro de Exteriores de Chipre, Erato Kozaku Marcullis, presentó sus disculpas a la embajadora y reconoció que "no fue tratada conforme al principio de inviolabilidad de las personas ni con el respeto que merecen los representantes diplomáticos".
La embajadora dijo haber sido objeto de humillación verbal y física por parte de los funcionarios del aeropuerto, que no atendieron a su inmunidad diplomatica.
Las autoridades chipriotas reconocieron que la culpa de lo ocurrido la tuvieron los funcionarios del aeropuerto. El ministro de Exteriores de Chipre, Erato Kozaku Marcullis, presentó sus disculpas a la embajadora y reconoció que "no fue tratada conforme al principio de inviolabilidad de las personas ni con el respeto que merecen los representantes diplomáticos".

