Analizando la agenda política exterior de Rusia en 2014 —América Latina, China, Turquía, actualmente la India y próximamente Irán—, Smith señala en su blog para el portal Salon la reorientación de Moscú hacia oriente tras las sanciones antirrusas de Occidente.
"Los acuerdos de gas natural con China valorados en 400.000 millones de dólares son históricamente significativos por sí mismos. A lo largo de seis años China comprará a Rusia más gas del que esta suministra ahora a Europa", señaló Smith, añadiendo que Moscú podrá expulsar parcialmente a EE.UU. del mercado asiático de hidrocarburos.
El analista acentuó que las élites políticas occidentales han tratado de usar el South Stream como una herramienta de presión sobre Moscú en su "juego a sanciones", algo que causó que Moscú abandonara el proyecto mellando la situación ventajosa de Europa.
La decisión de desviar los suministros rusos del sur de Europa a Turquía "es más que un nuevo acuerdo", es "cooperación que tiene un importante trasfondo político y diplomático, considerando las alianzas tradicionales de Ankara [capital turca] con otros países o sus aspiraciones a la Unión Europea", escribe el autor.
El periodista resaltó que el viraje de Rusia hacia oriente y la disposición de países orientales para cooperar con Moscú en condiciones de igualdad "están dibujando los contornos de un nuevo mundo, nuevas uniones económicas y culturales, que pueden aprovechar las rutas comerciales históricas para convertir la globalización en una calle de doble sentido, tal como debía haber sido desde el inicio".