El príncipe Salman ben Abdelaziz supervisó la recaudación de fondos privados para apoyar a los muyahidines afganos en la década de 1980, trabajando muy estrechamente con el clero del reino wahabita, afirma el experto Bruce Riedel en 'The Daily Beast'.
"En los primeros años de la guerra, antes de que EE.UU. y el reino wahabita reforzaran la financiación secreta a la insurgencia antisoviética, este aporte económico fue crucial", asegura el experto, añadiendo que "en pleno apogeo de la guerra Salman proporcionaba 25 millones de dólares al mes a los muyahidines".
Este apoyo financiero a la insurgencia contra el Gobierno afgano —apoyado por la URSS— prolongaría la guerra hasta 1992, cuando se instauró un régimen islamista en el país. Durante los años de financiamiento organizado por Salam, Osama bin Laden, el fundador de Al Qaeda, fue un destacado muyahidín en Afganistán.
"También adoptó un papel activo en la recaudación de fondos para los musulmanes en la guerra de Bosnia contra Serbia", declara.
Asimismo, entre los años 1998 y 2003, Salman encabezó una comisión que financió a los muyahidines palestinos con una cantidad de 53 millones de dólares, indica el libro 'Understanding Islamic charities', editado por John Alterman y Karin von Hippel.
Salman ha sido proclamado nuevo monarca tras la muerte de su hermanastro Abdalá ben Abdelaziz el pasado jueves a los 90 años.
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