En los últimos años los países más influyentes compiten en el terreno geopolítico y económico ante la era de grandes cambios que se avecina, valiéndose para ello de la diplomacia y de las fuerzas armadas, plantea el bloguero y periodista del portal analítico Odnako Iván Lizán.
"¿Quién, cómo y, lo que es más importante, a costa de quién sobrevivirá mejor en la batalla que se avecina?", se pregunta Lizán, que intenta responder a la pregunta analizando a los países más influyentes en el mundo.
Estados Unidos
Washington se concentrará en el mantenimiento de su poder mundial que no reconoce a otros dos líderes: Rusia y China.
Tratándose de una potencia capitalista y marina, EE.UU. usa las mismas herramientas que su antigua metrópoli, el Imperio Británico, por ejemplo, con la creación de colonias en diferentes partes del mundo, la puesta en marcha de la guerra económica mediante la imposición de acuerdos comerciales, la organización de golpes de Estado, el uso de sanciones o la creación de bases militares en diferentes partes del mundo.
EE.UU. intentará mantener y consolidar la hegemonía con la imposición del acuerdo con Europa sobre la zona transatlántica de libre comercio y el debilitamiento de Rusia. Sin embargo, el periodista cree que Estados Unidos no podrá mantener varios frentes activos al mismo tiempo y perderá el liderazgo.
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Reino Unido
Reino Unido ha encontrado a un patrón poderoso en Washington, escribe el bloguero. Londres no va a participar en la competición mundial desde una posición de fuerza, sostiene Lizán, aunque usará su influencia financiera. De esa manera va a controlar las zonas de offshore y a realizar especulaciones en la Bolsa de Valores de Londres.
Reino Unido también mantendrá las fuertes posiciones del capital británico en Gambia, Nigeria, Zambia y Kenia, donde el 60% de toda la producción industrial pertenece a empresas británicas.
En el caso de que Washington pierda la guerra por preservar su estatus de metrópoli mundial, Reino Unido podría pasar a ser un país sin influencia.
Francia
París espera sobrevivir gracias a la recolonización de África y el Levante mediterráneo. Francia extendió su influencia por Costa de Marfil, Malí y la República Centroafricana; mientras que el capital francés también mantiene firmes sus posiciones en Mauritania, Níger, Chad, Congo, Camerún y Gabón.
Para el Palacio del Elíseo, el futuro resulta impensable sin colonias, escribe el bloguero.
La participación de Francia en la destrucción de la Libia de Gadafi trajo al país europeo dividendos en forma de petróleo y participación en el control de la producción de petróleo de Libia.
Alemania
Washington convirtió la mitad de Europa en una colonia interna para el capital financiero e industrial de Alemania, opina el periodista.
La táctica de supervivencia de Berlín es robar a los países de Europa del sur y del este, sostiene Lizán. Otras medidas pasan por apropiarse de Ucrania y Moldavia, derrocar a políticos rebeldes en Hungría y la República Checa, y debilitar a Rusia.
El crecimiento de la economía alemana se sostiene también gracias a los préstamos que Alemania concede a otros países dependientes de Berlín.
Turquía
El presidente Recep Tayyip Erdogan decidió seguir una política independiente de Washington, razón por la que Turquía es más soberana que Alemania, opina el periodista. La subordinación ante EE.UU. es formal y temporal, ya que Turquía, a diferencia de otros países en Europa, tiene fuerzas armadas de consideración, ocupando la segunda posición en la OTAN por la cantidad de personal después de Estados Unidos.
El grupo extremista Estado Islámico
Los logros del Estado Islámico, que ocupó la mayor parte de Irak y gran parte de Siria, no terminarán con la creación del califato, cree Lizán. El EI, que recibe ayuda de EE.UU., según el periodista, y que no tiene su propia soberanía ni economía, intentará sobrevivir expandiéndose y subordinando a otros grupos islamistas.
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China
Según opina el bloguero, la tarea de China en la próxima década es debilitar a EE.UU., alcanzando de esa forma el liderazgo global.
Pekín invierte en proyectos beneficiosos, sobre todo en recursos naturales y tecnologías chinas que se desarrollan rápidamente.
El gigante asiático ha extendido su influencia en la región africana enfrentándose a una dura oposición de la UE y de EE.UU., convirtiéndose al mismo tiempo en un importante inversor en muchos países y estableciéndose firmemente en América Latina.
La inversión prevista de China en los países de Centroamérica y de América del Sur alcanza los 250.000 millones de dólares, con una facturación proyectada para 2020 de 500.000 millones de dólares.
Rusia
Su tamaño y abundancia de recursos permiten a Rusia producir casi todo sin necesidad de conquistar colonias o participar en especulaciones financieras, escribe el bloguero.
Rusia será el socio principal de China en la nueva época de cambios y enfrentamiento con EE.UU., ya que, según Lizán, sin Moscú el gigante asiático puede ser víctima de un bloqueo naval. Además, Rusia posee una serie de tecnologías que China necesita para conseguir y mantener el liderazgo mundial.
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