Abu Dhabi y Riad ya han ofrecido a EE.UU. armar a grupos sunitas en el sur de Irak, pese a que varios de ellos cooperan con yihadistas, para combatir al Estado Islámico, informa la publicación analítica rusa 'Expert'.
La semana pasada los Emiratos Árabes Unidos retaban a Washington al dejar de participar en la operación aérea contra los terroristas en Irak. Con todo, después de recibir una orden directa de Amán, los aviones de combate de la pequeña monarquía árabe se reincorporaron a los bombardeos de las posiciones del Estado Islámico.
Sin embargo, los desacuerdos entre los aliados de EE.UU. siguen irresueltos. La principal demanda de Arabia Saudita es llevar más cerca del norte de Irak, principal escenario de los bombardeos, los convertiplanos estadounidenses Osprey, muy importantes para el rescate de pilotos de aviones abatidos.
Por el momento el Pentágono se ha negado a trasladar a los Osprey desde Kuwait a Irak, aunque ha enviado al norte de Irak algunos helicópteros de rescate Blackhawk, también muy útiles.
Sin embargo, la solución no ha resuelto las contradicciones. De acuerdo con los estados árabes del Golfo, en estos momentos es preciso armar a las tribus sunitas que viven en el sur de Irak para aumentar significativamente la eficacia de las operaciones contra el Estado Islámico. Sin embargo, se conoce que varias de estas tribus se han manifestado dispuestas a cooperar con los yihadistas: algunas por miedo, otras por odio al gobierno de Bagdad, dominado por los chiitas.
A juicio del comentarista de 'Expert', en vísperas de una ofensiva contra Mosul que podría comenzar en marzo, las monarquías árabes sunitas del Golfo tienen miedo a sufrir una derrota propagandística.
Sus razones son sencillas: los yihadistas podrían aprovechar el hecho de que en la ofensiva por Mosul, como en el resto de batallas libradas en los últimos meses, además del Ejército estadounidense contra los yihadistas sunitas intervienen directamente chiitas apoyados por Irán.